La ultra derecha venezolana prepara una revolución de colores post-electoral

Estándar

http://portalalba.org/

Por donde se le vea, el país ingresa en días tensos. Indeseablemente tensos para la mayoría, que lo más seguro es que quieran pasar por otras elecciones donde se hará la cola, se vote y ya. Y al día siguiente resaca o despecho según el caso. Pero no algo más excepcional. ¿Qué y cómo se está jugando los factores de la violencia de cara a los resultados electorales y los días a continuación?

«Con el cambio político a la vista, las elecciones del domingo son la última oportunidad que el fascismo gobernante en Venezuela tiene para aplicar sus métodos de fraude. Después, su fuerza, ahora mismo tan disminuida, declinará día a día hasta ser insuficiente para tenerlo en pie». Así escribía Rafael Poleo (Zeta, del 5 al 12 de diciembre de 2013) en vísperas de las elecciones municipales del 8 de diciembre de 2013.

Y ya sabemos en realidad dónde quedó su «pronóstico», cuáles fueron los resultados y en dónde desembocó todo eso que el ultradisminuido Capriles, gobernador de Liliput mas no del estado Miranda, quiso acuñar (mal asesorado, seguramente y sin duda decididamente poco pensado por el comandante Suapara) como un plebiscito. Y vaya que lo fue: se cagaron encima, una vez más.

Pero lo que podía haberse anunciado como un proceso de estabilización que tuvo como centro la convocatoria de diálogo en Miraflores con los alcaldes electos, terminó en la activación de la agenda ultraviolenta, producto del pacto más oscuro, peligroso, miserable y nefasto de toda la historia republicana: «La Salida».

No por el constante guión maniqueo, ni por la misma estrategia de mercadeo perceptivo ni por la monumental hipocresía, sino por el intento de inserción definitivo en la agenda excepcionalista de afuera y por el intento fraguado de desplazar lo político definitivamente: porque la guerra actual se libra para que no haya política. Y donde no hay política prevalece la violencia, dicen.

Cortando en seco las intoxicaciones múltiples

  • Es falso que en la calle se discuta «el modelo», que la preocupación electoral pase por que «Venezuela quiere otro modelo» y por sobre todas las cosas que en el hipotético escenario de una mayoría opositora esa sea la brújula. La aplanadora del actual modelo de acumulación delictiva de capital global no necesita de discusión alguna, sino de ejecución por la vía que sea. Y muy cierto que el principal deseo es sencillamente que el funcionamiento de la vida diaria vuelva a un mínimo de estabilidad, de todo lo demás se hablará después.
  • Es falso, como promueve Tomás Guanipa, que se busquen en su «programa» una dolarización del salario o un aumento del 1000% del mismo: ha quedado absolutamente claro, lo dice el cartel economicista, que las «medidas» a tomar serán las mismas del shock. Y muy cierto los intentos de dolarización de facto e infravaloración precarizante del trabajo, el bienestar y la vida diaria.
  • Es falso que la población se abalanzará a una presunta «rebelión electoral» que ni caracterizan ni definen, porque no están autorizados y porque no hay cojones para decir abiertamente lo que ahí se promueve.
  • Es falso que se vive «el fracaso del modelo» y cierto que se vive un shock de conmoción y pavor (ahora económico, luego contra los servicios, y finalmente con el sacrificio «‘necesario’ de los cuerpos»): un descomunal shock en cámara lenta.
  • Es falsa la orientación que intelectuales víctimas de su propio repliegue académico (en franco ejercicio de fidelidad a su esencia) se deba a las debilidades, contradicciones o fallas del gobierno por sí mismas, y muy cierto que esas mismas contradicciones, debilidades o fallas (que existen) están siendo instrumentadas como elementos de la guerra política.
  • Es comprobadamente falso el interés de la «oposición» por resultado electoral alguno, como es falsa su prédica de «arrolladora victoria», y muy cierto que el escenario más conveniente sea el de la violencia post-electoral tutelada por operadores internos y externos; porque es muy cierto que para ellos el escenario ideal es una derrota electoral que lleve a una caída del chavismo por sus propios medios, pero todo análisis situacional sabe que eso es imposible. De ahí la opción de la ruptura, el cuajo y la sangre ajena.
  • Es falso que la oposición pueda traducir el malestar en la calle genuinamente, falso la creencia del ala burocratista que ante un triunfo del chavismo se sentirá premiado, falso que el partido de la corrupción tenga identidad política determinada dentro del Estado en tanto estar en perfecta capacidad de disfrazarse y brincar de un lado a otro; falso el blandido deseo de «reconciliación nacional», «transición política pacífica» y que es de su interés que aquí quepamos todos. Falso de toda falsedad que las riendas de su agenda la lleven ellos mismos. Falso el presunto coraje con lo que predican, por esa «línea reflexiva» de la izquierda reaccionaria y del fascismo empresarial.
  • Y es falso que existe marco jurídico, teórico-político o sociológico que logre enmarcar por sí mismo la guerra en curso. Por lo tanto, tales expresiones de escepticismo y repliegue racional no son más que huídas a la zona segura del «pensamiento» y no son ni infalibles, ni incuestionables, ni completos.
  • Es cierto el impacto que ha tenido el proceso destituyente, y muy falso que tendrá una expresión unívoca y dirigida de acuerdo a las pautas pre-establecidas por la mediocracia y subnormales de la talla de Capriles, payasos del circo móvil de la Embajada.
  • Es falso que la fachodirigencia estará al frente de algo que comprometa su propio pellejo y muy cierta la necesidad de delegar en quienes se lancen a la calle (fuera de los multicontratos con paramercenarios y ONGs, etc.); en realidad no les importa un carajo la vida de nadie.
  • Es falso que Leopoldo López sea inocente.

El sabotaje, la decolorada revolución de colores y la negación plausible

Caos y colapso no son lo mismo. Caos y colapso son elementos tácticos distintos que a veces van por canales propios, a veces se entrecruzan, a veces se unifican. El caos -en este caso un momento evidente de «caos creativo»- es un proceso; el colapso un objetivo. El proceso puede convertirse en objetivo (las guarimbas de 2014), el colapso puede volverse proceso (la guerra económica). Lo indiscutible es la línea maestra que los ejecuta. Lo comprobable es la ausencia total de autonomía política local en su puesta en ejecución. Y lo certificable es que se unimisman bajo el manto mediático.

La mediocracia sigue siendo el principal partido, el único, el poderoso, el funcional. La psicopatológica MUD es una (infeliz) brizna de paja bajo el viento de las circunstancias. Toda esta combinación también tiene un reflejo interno, en el alma, en la psique, y se alborota ante este crítico momento. Crisis no significa un gobierno contra la pared, crisis debe entenderse como una suma descomunalmente inestable de movimientos que confirman el escenario de guerra.

El director para América Latina de la cancillería rusa, Alexandr Schetinin, señaló que las elecciones del 6 de diciembre «entrañan graves riesgos». «Vemos que la situación en Venezuela es difícil, se está produciendo un serio choque entre dos formas de ver el futuro desarrollo del país, aunque, en mi opinión, en un caso se trata de ver ese futuro y en el otro de negarlo… no se vislumbra un programa constructivo en el enfoque de la oposición». Destaca la nota de Ria Novosti, que en previa entrevista aludió a los métodos gringos de «‘tecnología política’ que se emplearon en Ucrania para provocar un cambio de régimen violento, el fomento de una oposición interna influenciada por las ‘revoluciones de colores'». Según se recogen en esta versión, y en ésta.

La experiencia de las revoluciones de colores, no ajena a la memoria inmediata venezolana, es aún más profusa y certificada en la órbita rusa. Schetinin no habla solo. Esa opinión es la del Kremlin. El Kremlin sabe muy bien qué se está moviendo ahora antes de las elecciones.

Varían los contextos, repetimos por enésima vez, pero la metódica es la misma. Y se está actualizando constantemente. Fracasando en algunas partes como Armenia en tiempo recientemente, o coronando nuevas instancias de efectividad dentro de la dinámica política, como en Guatemala, al encauzar un proceso de agitación y movilización que terminó en el triunfo de un presidente que por un lado encarna lo peor de la farándula, y por el otro lo más oscuro del ejército más brutal y oscuro de América Latina (y seguramente ranqueado en el Top 10 mundial). El modelo ideal.

Las nuevas fórmulas ahora involucran disminución «protagónica» directa, «transiciones políticas», omisión en el esquema de relaciones entre las agencias, las ONGs, el discurso mediático, los actores directamente involucrados con lo que canalizan el Departamento de Estado y demás agencias, gringas o de otro signo, igualmente pertenecientes al corretaje corporativo que lo lleva todo. Lo que el investigador Tony Cartalucci llama los «golpes silenciosos«. Que a su vez también obligatoriamente se vale de recursos asimétricos aún menos visibles, como la violencia irregular, escenarios probeta, globos de ensayo, simulación de conflicto y creación de movimientos políticos «espontáneos». Más las dimensiones inéditas en la fabricación de mentiras en los medios a disposición.

La acumulación de acciones de sabotaje como los 13 atentados al sistema de generación y distribución de energía así lo evidencian. Como también evidencia por un lado operaciones que sólo pueden llevar personas entrenadas en materia de fuerzas especiales, y por el otro de los respectivos Pérez Venta de turno que les sale mal la jugada y mueren electrocutados. La naturaleza y brote de los atracos, desde lo más estilo comando en zonas no acostumbradas, hasta la brutalidad pública también dan otra seña.

Bajo el principio de negación plausible, es decir, ese área gris donde discursivamente no se puede «ni negar ni confirmar» se opera en toda su extensión, certificando el corrido aquel que dice que «porque parece mentira, la verdad nunca se sabe». O aquello de aquel poeta francés donde recuerda que «el mejor truco del diablo es el parecer que no existe». Y vaya que existe, vaya que es confirmable. Pero por un lado rebasa a la razón académica, por el otro conviene, y en otro más hace que reflote la estupidez humana y la petulancia política de llenar el vacío al no tener el arrojo de disponerse a entender este proceso desde su contexto de guerra.

La sintonía con la hora loca global en la que la pugna imperial estira y afloja en los puntos álgidos del planeta, y en la que existe un contrapeso en ciernes más poderoso que el anterior así dentro de su fuero no se construya una cohesión ideológica que no supere los principios de la no intervención, el respeto a la legislación internacional como vehículo malquebien para la resolución de los temas globales y el apoyo a la diversidad y el desarrollo (ni falta o tiempo que haya ahora para eso). Suficientes argumentos para poner en peligro la otra agenda. Este peo es global, y Venezuela también habita en la Globalistán de crisis humana, política, ambiental, bélica, económica, cultural, ética y espiritual que, como recuerda Andréi Fursov: ese hecho crítico demuestra que es una crisis del sistema. Y el único sistema vigente y realmente existente es el turbocapitalista.

La atmósfera, el (cobarde) tono milenarista y la «rebelión electoral»

Y entonces llegamos en este punto a los efectos de la suma de acciones tácticas que se ciernen sobre el país en este tiempo donde se acumulan el electoral, el político y el histórico con insoportable carácter de definición.

La negación de la portavocería es total, y las cotas de violencia verbal sofisticada que han alcanzado especialmente con el secretario de la MUD, además de irresponsable y peligroso, marcan la punta de la agenda, y el punto 1 de la misma es el desconocimiento total, absoluto e inamovible de todo lo que sea gobierno, acto de gobierno. Torrealba ya declaró la guerra y la está ejecutando, jugando posición adelantada. El deseo podrido y morboso del no retorno. Eso pesa sobre ese lomo de burro político, de mula oenegera.

Ya la relación con las autoridades electorales y el proceso mismo están totalmente definidas. La confrontación se va abriendo y se invocan a frases pegajosas del tipo «rebelión electoral» que no se definen en toda su ascepción porque no conviene, porque caga a su mayoría radical, esencialmente cagada desde que se dieron cuenta de que Salas Römer iba a perder en el 98. Las instancias internacionales ya están haciendo lo propio y todos están jugando a cuadro cerrado como nunca. El tapabocas para evitar oler la mierda mutua en esta oportunidad está tuneado, y así transmitan el olor a mierda que todos conocemos, ellos están en capacidad de omitirlo y venderse como si estuvieran unidos de verdad. Y nunca lo han estado.

Ya de por sí instalar en las encuestas desde hace tanto rato como marzo la idea del triunfo, habla de la enorme inyección de recursos que desde entonces emana de la Embajada, de la casa del embajador, o directamente del Departamento de Estado y su madeja de agencias y mamparas político-mediáticas. Es enorme la operación psicológica que tuvo como punto de partida la encuestología tempranera y no sirve para ganar, que eso no es lo que se busca. Sirve para instalar la idea y mover todos los resortes del microfascismo interno, más las dificultades económicas, para disparar la idea milenarista del «ya verán cuando ganemos las elecciones lo que les va a pasar» matizado y disfrazado de millones de formas distintas en redes sociales, pero claramente orientados. «Tecnología política». Ingeniería de la percepción y el deseo. Pasiones tristes. Fantasías sádicas que tampoco cumplirán.

Ya lo ha denunciado el Presidente, y ya se ha activado una operación antigolpe. Porque el golpe quieren que vaya. Ya andan llamando «hora cero» al 6 de diciembre. Nada es espontáneo ni gratuito.

Pero todo es disuadible. Lo importante es no perder de vista la magnitud del proceso. Y preservar mente y corazón para aguantar los embates que sí o sí se vienen. Porque de igual forma vienen.

Fuente: Misión Verdad

La ultra derecha venezolana prepara una revolución de colores post-electoral

Estándar

http://portalalba.org/

Por donde se le vea, el país ingresa en días tensos. Indeseablemente tensos para la mayoría, que lo más seguro es que quieran pasar por otras elecciones donde se hará la cola, se vote y ya. Y al día siguiente resaca o despecho según el caso. Pero no algo más excepcional. ¿Qué y cómo se está jugando los factores de la violencia de cara a los resultados electorales y los días a continuación?

«Con el cambio político a la vista, las elecciones del domingo son la última oportunidad que el fascismo gobernante en Venezuela tiene para aplicar sus métodos de fraude. Después, su fuerza, ahora mismo tan disminuida, declinará día a día hasta ser insuficiente para tenerlo en pie». Así escribía Rafael Poleo (Zeta, del 5 al 12 de diciembre de 2013) en vísperas de las elecciones municipales del 8 de diciembre de 2013.

Y ya sabemos en realidad dónde quedó su «pronóstico», cuáles fueron los resultados y en dónde desembocó todo eso que el ultradisminuido Capriles, gobernador de Liliput mas no del estado Miranda, quiso acuñar (mal asesorado, seguramente y sin duda decididamente poco pensado por el comandante Suapara) como un plebiscito. Y vaya que lo fue: se cagaron encima, una vez más.

Pero lo que podía haberse anunciado como un proceso de estabilización que tuvo como centro la convocatoria de diálogo en Miraflores con los alcaldes electos, terminó en la activación de la agenda ultraviolenta, producto del pacto más oscuro, peligroso, miserable y nefasto de toda la historia republicana: «La Salida».

No por el constante guión maniqueo, ni por la misma estrategia de mercadeo perceptivo ni por la monumental hipocresía, sino por el intento de inserción definitivo en la agenda excepcionalista de afuera y por el intento fraguado de desplazar lo político definitivamente: porque la guerra actual se libra para que no haya política. Y donde no hay política prevalece la violencia, dicen.

Cortando en seco las intoxicaciones múltiples

  • Es falso que en la calle se discuta «el modelo», que la preocupación electoral pase por que «Venezuela quiere otro modelo» y por sobre todas las cosas que en el hipotético escenario de una mayoría opositora esa sea la brújula. La aplanadora del actual modelo de acumulación delictiva de capital global no necesita de discusión alguna, sino de ejecución por la vía que sea. Y muy cierto que el principal deseo es sencillamente que el funcionamiento de la vida diaria vuelva a un mínimo de estabilidad, de todo lo demás se hablará después.
  • Es falso, como promueve Tomás Guanipa, que se busquen en su «programa» una dolarización del salario o un aumento del 1000% del mismo: ha quedado absolutamente claro, lo dice el cartel economicista, que las «medidas» a tomar serán las mismas del shock. Y muy cierto los intentos de dolarización de facto e infravaloración precarizante del trabajo, el bienestar y la vida diaria.
  • Es falso que la población se abalanzará a una presunta «rebelión electoral» que ni caracterizan ni definen, porque no están autorizados y porque no hay cojones para decir abiertamente lo que ahí se promueve.
  • Es falso que se vive «el fracaso del modelo» y cierto que se vive un shock de conmoción y pavor (ahora económico, luego contra los servicios, y finalmente con el sacrificio «‘necesario’ de los cuerpos»): un descomunal shock en cámara lenta.
  • Es falsa la orientación que intelectuales víctimas de su propio repliegue académico (en franco ejercicio de fidelidad a su esencia) se deba a las debilidades, contradicciones o fallas del gobierno por sí mismas, y muy cierto que esas mismas contradicciones, debilidades o fallas (que existen) están siendo instrumentadas como elementos de la guerra política.
  • Es comprobadamente falso el interés de la «oposición» por resultado electoral alguno, como es falsa su prédica de «arrolladora victoria», y muy cierto que el escenario más conveniente sea el de la violencia post-electoral tutelada por operadores internos y externos; porque es muy cierto que para ellos el escenario ideal es una derrota electoral que lleve a una caída del chavismo por sus propios medios, pero todo análisis situacional sabe que eso es imposible. De ahí la opción de la ruptura, el cuajo y la sangre ajena.
  • Es falso que la oposición pueda traducir el malestar en la calle genuinamente, falso la creencia del ala burocratista que ante un triunfo del chavismo se sentirá premiado, falso que el partido de la corrupción tenga identidad política determinada dentro del Estado en tanto estar en perfecta capacidad de disfrazarse y brincar de un lado a otro; falso el blandido deseo de «reconciliación nacional», «transición política pacífica» y que es de su interés que aquí quepamos todos. Falso de toda falsedad que las riendas de su agenda la lleven ellos mismos. Falso el presunto coraje con lo que predican, por esa «línea reflexiva» de la izquierda reaccionaria y del fascismo empresarial.
  • Y es falso que existe marco jurídico, teórico-político o sociológico que logre enmarcar por sí mismo la guerra en curso. Por lo tanto, tales expresiones de escepticismo y repliegue racional no son más que huídas a la zona segura del «pensamiento» y no son ni infalibles, ni incuestionables, ni completos.
  • Es cierto el impacto que ha tenido el proceso destituyente, y muy falso que tendrá una expresión unívoca y dirigida de acuerdo a las pautas pre-establecidas por la mediocracia y subnormales de la talla de Capriles, payasos del circo móvil de la Embajada.
  • Es falso que la fachodirigencia estará al frente de algo que comprometa su propio pellejo y muy cierta la necesidad de delegar en quienes se lancen a la calle (fuera de los multicontratos con paramercenarios y ONGs, etc.); en realidad no les importa un carajo la vida de nadie.
  • Es falso que Leopoldo López sea inocente.

El sabotaje, la decolorada revolución de colores y la negación plausible

Caos y colapso no son lo mismo. Caos y colapso son elementos tácticos distintos que a veces van por canales propios, a veces se entrecruzan, a veces se unifican. El caos -en este caso un momento evidente de «caos creativo»- es un proceso; el colapso un objetivo. El proceso puede convertirse en objetivo (las guarimbas de 2014), el colapso puede volverse proceso (la guerra económica). Lo indiscutible es la línea maestra que los ejecuta. Lo comprobable es la ausencia total de autonomía política local en su puesta en ejecución. Y lo certificable es que se unimisman bajo el manto mediático.

La mediocracia sigue siendo el principal partido, el único, el poderoso, el funcional. La psicopatológica MUD es una (infeliz) brizna de paja bajo el viento de las circunstancias. Toda esta combinación también tiene un reflejo interno, en el alma, en la psique, y se alborota ante este crítico momento. Crisis no significa un gobierno contra la pared, crisis debe entenderse como una suma descomunalmente inestable de movimientos que confirman el escenario de guerra.

El director para América Latina de la cancillería rusa, Alexandr Schetinin, señaló que las elecciones del 6 de diciembre «entrañan graves riesgos». «Vemos que la situación en Venezuela es difícil, se está produciendo un serio choque entre dos formas de ver el futuro desarrollo del país, aunque, en mi opinión, en un caso se trata de ver ese futuro y en el otro de negarlo… no se vislumbra un programa constructivo en el enfoque de la oposición». Destaca la nota de Ria Novosti, que en previa entrevista aludió a los métodos gringos de «‘tecnología política’ que se emplearon en Ucrania para provocar un cambio de régimen violento, el fomento de una oposición interna influenciada por las ‘revoluciones de colores'». Según se recogen en esta versión, y en ésta.

La experiencia de las revoluciones de colores, no ajena a la memoria inmediata venezolana, es aún más profusa y certificada en la órbita rusa. Schetinin no habla solo. Esa opinión es la del Kremlin. El Kremlin sabe muy bien qué se está moviendo ahora antes de las elecciones.

Varían los contextos, repetimos por enésima vez, pero la metódica es la misma. Y se está actualizando constantemente. Fracasando en algunas partes como Armenia en tiempo recientemente, o coronando nuevas instancias de efectividad dentro de la dinámica política, como en Guatemala, al encauzar un proceso de agitación y movilización que terminó en el triunfo de un presidente que por un lado encarna lo peor de la farándula, y por el otro lo más oscuro del ejército más brutal y oscuro de América Latina (y seguramente ranqueado en el Top 10 mundial). El modelo ideal.

Las nuevas fórmulas ahora involucran disminución «protagónica» directa, «transiciones políticas», omisión en el esquema de relaciones entre las agencias, las ONGs, el discurso mediático, los actores directamente involucrados con lo que canalizan el Departamento de Estado y demás agencias, gringas o de otro signo, igualmente pertenecientes al corretaje corporativo que lo lleva todo. Lo que el investigador Tony Cartalucci llama los «golpes silenciosos«. Que a su vez también obligatoriamente se vale de recursos asimétricos aún menos visibles, como la violencia irregular, escenarios probeta, globos de ensayo, simulación de conflicto y creación de movimientos políticos «espontáneos». Más las dimensiones inéditas en la fabricación de mentiras en los medios a disposición.

La acumulación de acciones de sabotaje como los 13 atentados al sistema de generación y distribución de energía así lo evidencian. Como también evidencia por un lado operaciones que sólo pueden llevar personas entrenadas en materia de fuerzas especiales, y por el otro de los respectivos Pérez Venta de turno que les sale mal la jugada y mueren electrocutados. La naturaleza y brote de los atracos, desde lo más estilo comando en zonas no acostumbradas, hasta la brutalidad pública también dan otra seña.

Bajo el principio de negación plausible, es decir, ese área gris donde discursivamente no se puede «ni negar ni confirmar» se opera en toda su extensión, certificando el corrido aquel que dice que «porque parece mentira, la verdad nunca se sabe». O aquello de aquel poeta francés donde recuerda que «el mejor truco del diablo es el parecer que no existe». Y vaya que existe, vaya que es confirmable. Pero por un lado rebasa a la razón académica, por el otro conviene, y en otro más hace que reflote la estupidez humana y la petulancia política de llenar el vacío al no tener el arrojo de disponerse a entender este proceso desde su contexto de guerra.

La sintonía con la hora loca global en la que la pugna imperial estira y afloja en los puntos álgidos del planeta, y en la que existe un contrapeso en ciernes más poderoso que el anterior así dentro de su fuero no se construya una cohesión ideológica que no supere los principios de la no intervención, el respeto a la legislación internacional como vehículo malquebien para la resolución de los temas globales y el apoyo a la diversidad y el desarrollo (ni falta o tiempo que haya ahora para eso). Suficientes argumentos para poner en peligro la otra agenda. Este peo es global, y Venezuela también habita en la Globalistán de crisis humana, política, ambiental, bélica, económica, cultural, ética y espiritual que, como recuerda Andréi Fursov: ese hecho crítico demuestra que es una crisis del sistema. Y el único sistema vigente y realmente existente es el turbocapitalista.

La atmósfera, el (cobarde) tono milenarista y la «rebelión electoral»

Y entonces llegamos en este punto a los efectos de la suma de acciones tácticas que se ciernen sobre el país en este tiempo donde se acumulan el electoral, el político y el histórico con insoportable carácter de definición.

La negación de la portavocería es total, y las cotas de violencia verbal sofisticada que han alcanzado especialmente con el secretario de la MUD, además de irresponsable y peligroso, marcan la punta de la agenda, y el punto 1 de la misma es el desconocimiento total, absoluto e inamovible de todo lo que sea gobierno, acto de gobierno. Torrealba ya declaró la guerra y la está ejecutando, jugando posición adelantada. El deseo podrido y morboso del no retorno. Eso pesa sobre ese lomo de burro político, de mula oenegera.

Ya la relación con las autoridades electorales y el proceso mismo están totalmente definidas. La confrontación se va abriendo y se invocan a frases pegajosas del tipo «rebelión electoral» que no se definen en toda su ascepción porque no conviene, porque caga a su mayoría radical, esencialmente cagada desde que se dieron cuenta de que Salas Römer iba a perder en el 98. Las instancias internacionales ya están haciendo lo propio y todos están jugando a cuadro cerrado como nunca. El tapabocas para evitar oler la mierda mutua en esta oportunidad está tuneado, y así transmitan el olor a mierda que todos conocemos, ellos están en capacidad de omitirlo y venderse como si estuvieran unidos de verdad. Y nunca lo han estado.

Ya de por sí instalar en las encuestas desde hace tanto rato como marzo la idea del triunfo, habla de la enorme inyección de recursos que desde entonces emana de la Embajada, de la casa del embajador, o directamente del Departamento de Estado y su madeja de agencias y mamparas político-mediáticas. Es enorme la operación psicológica que tuvo como punto de partida la encuestología tempranera y no sirve para ganar, que eso no es lo que se busca. Sirve para instalar la idea y mover todos los resortes del microfascismo interno, más las dificultades económicas, para disparar la idea milenarista del «ya verán cuando ganemos las elecciones lo que les va a pasar» matizado y disfrazado de millones de formas distintas en redes sociales, pero claramente orientados. «Tecnología política». Ingeniería de la percepción y el deseo. Pasiones tristes. Fantasías sádicas que tampoco cumplirán.

Ya lo ha denunciado el Presidente, y ya se ha activado una operación antigolpe. Porque el golpe quieren que vaya. Ya andan llamando «hora cero» al 6 de diciembre. Nada es espontáneo ni gratuito.

Pero todo es disuadible. Lo importante es no perder de vista la magnitud del proceso. Y preservar mente y corazón para aguantar los embates que sí o sí se vienen. Porque de igual forma vienen.

Fuente: Misión Verdad

Néstor Kirchner

Estándar

Escrito por Fernando Bossi     http://www.portalalba.org/

“Acá no nos van a venir a patotear”, dijo el Presidente Néstor Kirchner dirigiéndose a la delegación estadounidense presidida por George Busch en la Cumbre de las Américas celebrada en Mar del Plata en el 2005. Esta frase quedará en la historia como un verdadero acto de valentía y patriotismo frente al representante del imperialismo más poderoso del planeta.

“El Flaco”, como cariñosamente lo llamaba el pueblo, había nacido el 25 de febrero de 1950 en Río Gallegos, provincia de Santa Cruz. Estudió abogacía en la ciudad de La Plata, donde conoció a su futura esposa Cristina Fernández. Allí, por sus ideas patrióticas y su inclinación por los más humildes, militó en la Juventud Universitaria Peronista.

Durante la dictadura militar-oligárquica de 1976 se trasladó a su ciudad natal. Al retornar la democracia, en las elecciones de 1983, logra ganar la intendencia de la ciudad. Apenas cuatro años después alcanza la gobernación de la provincia de Santa Cruz. Siendo Menem presidente, se opone a las medidas neoliberales llevadas a cabo por ese gobierno nacional. En el 2003, es elegido Presidente de la República.

A partir de allí Kirchner comienza a llevar adelante una política de profundo signo nacional y popular, apartándose de la alineación con el imperialismo norteamericano e impulsando decididamente la integración latinoamericana caribeña soberana.

Consecuente con el legado de Juan Domingo Perón, la política kirchnerista instaló nuevamente en la Argentina el nacionalismo económico, la soberanía política y la justicia social, avanzando decididamente en el respeto de los Derechos Humanos. La condena a los genocidas de la dictadura militar oligárquica le ganó el respeto y la admiración de la inmensa mayoría del pueblo argentino.

El 27 de octubre “El Flaco” falleció en El Calafate, en su querida tierra patagónica.

Hugo Chávez dijo: “El pueblo lo recordará como uno de los grandes pilares de esta nueva hora de Latinoamérica. La partida física de Néstor se lleva a uno de los que todavía tenían que seguir aportando mucha fuerza a la integración para no volver nunca atrás a ser la colonia”.

Fuente: Portal Alba

Aportes para entender el laberinto argentino

Estándar
Comenzó en Argentina todo lo que habitualmente ocurre luego de una cita electoral. La batalla del día después se inició desde antes que acabara la mismísima jornada electoral. Todos se proclamaron ganadores. Sergio Massa (Unidos por una Nueva Argentina), que alcanzó el tercer lugar, se asumió ganador porque era la primera vez presente en una cita electoral presidencial y obtuvo un buen resultado, el 21,34%. El segundo, Mauricio Macri (Frente Cambiemos), con el 34,33%, se ve con posibilidades de ser primero. Y el primero, Daniel Scioli (Frente para la Victoria), con 36,85%, forzadamente alegre, porque en definitiva no le quedaba otra que celebrar ser quien más votos sacó a pesar de estar lejos de lo deseado.Con este panorama, lo que sí se puede afirmar es que hasta el momento todavía no hay Presidente. La primera vuelta solo sirvió para abrir el debate de la segunda. En Argentina, solo se gana en primera vuelta si ocurre que: 1) se obtiene más del 45% de los votos, o 2) se obtiene más del 40% y se tiene una diferencia de 10 puntos respecto al segundo. Ninguno de estas dos situaciones ha tenido lugar. El país ya piensa en una segunda vuelta, por primera vez en la historia, para el 22 de Noviembre: la disputa será entre el candidato oficialista Scioli y el conservador Macri.

La mayoría de las encuestas volvieron a demostrar su incapacidad para acertar las preferencias electorales en un país donde la sociedad ha cambiado drásticamente en pocos años. No hubo ninguna encuesta que se atreviera a prever un margen tan estrecho entre ambas alternativas luego de que hace pocos meses, en Agosto, en las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias), Scioli obtuviera el 38,67% frente al 30,12% de Macri. ¿Qué pasó entre los resultados de las PASO y lo acontecido en esta contienda electoral? ¿Qué ha ocurrido con estos más de 8 puntos de diferencia que ahora se han convertido sólo en 2? ¿Qué ha pasado con el 54% que obtuviera la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner (CFK) en las pasadas elecciones presidenciales del 2011?

Algunas razones para dar respuesta a estas cuestiones son las siguientes:

1. Lo principal, indudablemente, es que Scioli no fue el mejor candidato del proyecto kirchenerista. Durante estos meses el oficialismo pretendió instalar la idea de que “el candidato es el proyecto” como fórmula para conjugar la figura de Scioli con lo que venía haciendo el kirchnerismo. Todas las valoraciones de la política K y de la Presidenta venían siendo muy positivas (por encima del 50%) en los últimos meses. Tanto fue así que la táctica electoral opositora no se caracterizó por la confrontación. La campaña no se centró ni en la estatización de YPF, ni de Aerolíneas Argentinas, ni en la reestructuración triunfante de la deuda externa, ni en las políticas públicas garantizadoras de derechos sociales. Scioli intentó capitalizar todo ello pero no lo logró. Procuró ser la candidatura del proyecto pero no lo consiguió. Demasiada diferencia entre el candidato y el proyecto. Scioli no se escribe con K.

2. CFK no quiso (o no pudo) ser determinante a lo largo de la campaña. La Presidenta estuvo de retirada desde incluso antes que se definiera que Scioli iba a ser el candidato. No participó apenas en la campaña. Tampoco logró construir un candidato más a su medida, más afín a la centralidad K. No dio esa pelea; o la dio pero la perdió; o creyó que no tenía un candidato ganador en sus filas; o se confió creyendo que podría pensar en la siguiente contienda presidencial sin haberse ganado todavía ésta. Esta “distancia” de CFK con las elecciones ha tenido un alto coste. La figura del Vicepresidente, impuesta por la Presidenta, Zanini, parecía por momentos ser un candidato de otro partido. Más un aliado que un compañero de fórmula. La propuesta K para la Provincia de Buenos Aires, Aníbal Fernández, tampoco fue acertada a la luz de los resultados: se perdió el bastión peronista a manos de la macrista María Eugenia Vidal. En suma, se puede afirmar que la Presidenta no sumó lo esperado. Tanto fue así que por ejemplo su organización más simbólica e importante en estos años, la Cámpora, ni siquiera acudió al cierre de campaña de Scioli. En política, cada detalle cuenta. Y esta “actitud de lejanía” de CFK con Scioli ha restado y seguramente erosionado más de lo que estaba previsto.

3. Scioli lastra una gestión de ocho años en la Provincia de Buenos Aires (36% del padrón electoral), con sus aciertos pero también con sus errores. Tiene un perfil presidenciable pero muy alejado de la épica, de la emotividad, del relato K. Scioli no logra identificarse con la impronta juvenil que tanto ha caracterizado al kirchnerismo en estos últimos años. Es demasiado siglo XX, tal vez, para la política del siglo XXI. Su discurso es seguramente propio de un peronismo más obsoleto que aquel que ha venido moldeando el kirchnerismo. Además, Scioli optó por apenas confrontar: prefirió hablar como si ya hubiese ganado. Aceptó así fácilmente el campo propuesto por los asesores de Macri (especialmente de Durán Barba) de evitar embarrarse en el ring de boxeo. Y en política, en el juego electoral democrático, para ganar, hay que bajarse a la arena, y combatir dando y recibiendo, con respeto pero también arrinconando al rival interperlándolo en cada propuesta. Seguramente, así será el Scioli que veremos desde ahora hasta el final de la campaña de esta segunda vuelta. Más vale tarde que nunca.

4. La derecha argentina ha sabido reinventarse. Aquello que pareciera un intento aislado con Macri como líder en la capital, se ha convertido a día de hoy en un movimiento con presencia en todo el territorio. El macrismo fue de a poco: sumando a lo largo y ancho del país. Aglutinando en una primera etapa a personajes conocidos alejados de la política tradicional. Pero luego, en un segundo momento, comenzó a tejer alianzas con la vieja política (particularmente con el radicalismo) para dotarse de estructura territorial. Macri ha venido usando un lenguaje muy de siglo XXI, con el nuevo tono de la derecha de la buena onda. Evitando constantemente la confrontación; alejándose de su propio pasado de apariencia neoliberal; sabiendo realzar todo lo avanzado por el contrincante político. Apenas ha propuesto nada nuevo a pesar de haberse querido presentarse como el adalid del cambio. Su vacío programático fue repleto de marketing político. Esta es la nueva estrategia de la derecha regional que acata con deportividad y resignación que el nuevo sentido común es característico de un cambio de época en Argentina y en buena parte de América latina. Así Macri ha logrado colarse en una segunda vuelta con opciones reales de ganar. Esta elección le suma; parte con viento a favor. Pero su capacidad real de victoria dependerá en gran medida de cómo se encuentre en un cuadrilátero contra Scioli. Hasta el momento, un escenario no deseado ni por uno ni por otro. Veremos qué pasa desde ahora en adelante.

5. El tercero en discordia, Massa, logró quedarse adentro a pesar del duelo a dos. Massa, de pasado K, y ahora más anti K que Macri, supo sortear lo que supone la importancia del voto útil en este tipo de situaciones electorales. Se coló en la fiesta para quedarse. Su discurso tuvo un movimiento pendular: de derechas-conservador en todo lo referente a las penas contra la inseguridad y liberal en todo lo económico. Fue más crítico con el rol del Estado que Macri. Buscó la confrontación hasta el extremo, lo que le sirvió para expresar con notoriedad su propuesta política. Desde luego que sacar un 21% de los votos le permite constituirse en llave para la segunda vuelta. En su discurso de anoche, se puso precio: se vendió al mejor postor. Aunque todo parece indicar que acabará de aliado de Macri, tampoco hay que descartar que se ofrezca también a Scioli (es anti K pero no está tan claro que sea anti Scioli); o quizás no se decida por ninguno de los dos en forma explícita pensando más en lo que pueda pasar de aquí a cuatro años.

6. Por último, siempre está una clave que conlleva la máxima dificultad a la hora de explicar lo sucedido en una contienda electoral: es eso que llamamos pueblo. En Argentina, en estos años, la mayoría social no es ni por asomo aquella que salía de la crisis, del corralito, del hambre y de la miseria. El cambio es cambio en toda su plenitud. Y por tanto, también se transforma lo que la sociedad piensa, demanda, imagina, exige, vota. Lo que hace una década fue una demanda social, hoy (afortunadamente) es un derecho naturalizado. La gente quiere más; tienen nuevas preguntas, y ello requiere nuevas respuestas. Lo popular y plebeyo no puede ser en absoluto concebido como una categoría estática. Este es sin duda uno de los ejes fundamentales de estos años futuros en disputa, entre el intento de restauración conservadora y el proceso de cambio que está en curso.

Son éstas algunas líneas para entender lo sucedido en este nuevo mapa político-electoral argentino tras las elecciones. No queda otra que esperar a la siguiente cita electoral para saber quién será Presidente a partir del 10 de Diciembre de este año. A partir de ahora, comienza otra campaña que nada tiene que ver con la anterior. Seguramente, el desenlace final dependerá más de la estrategia kirchnerista que de lo que pueda hacer Macri. Lo que el kirchnerismo se proponga y lo que Scioli decida hacer serán las claves para lo que se viene. Pero eso ya es otro cantar.

Alfredo Serrano Mancilla, Director CELAG

Como hace cinco años

Estándar

 Por Eduardo Jozami *                 pagina12.com.ar

El resultado electoral tan distinto al pronosticado plantea necesariamente muchos interrogantes, demasiados como para tener respuestas con la urgencia que requiere la reanudación de la campaña. No es fácil evaluar cuál fue el peso relativo de la demonización de Aníbal Fernández, los déficit discursivos de la campaña, la falta de un comando único u otros factores que deben haber incidido para que Daniel Scioli tuviera un desempeño menos satisfactorio de lo esperado.

Estos, como otros interrogantes respecto de la construcción política del kichnerismo y sus limitaciones son cruciales, pero no podremos resolverlos en estas cuatro semanas que restan para el ballottage: más adelante será necesario revisar, para sacar conclusiones, todo lo que se hizo desde que surgieron las primeras candidaturas. Sin embargo, algunas cuestiones, exigen una respuesta inmediata: es imprescindible una mayor unificación de la campaña para mostrar a la población una imagen de mayor gobernabilidad.

Cuando sólo quedan dos candidatos, la perspectiva de la confrontación entre los dos modelos se vuelve más nítida. El macrismo con ese discurso evangélico que sobrevuela las contradicciones para anunciar a cada paso un mundo feliz, elude un análisis más riguroso de su gestión en la Ciudad de Buenos Aires como también intenta ocultar que se pronunció en contra o se abstuvo en las votaciones que sancionaron las principales normas de la gestión kirchnerista, a las que súbitamente habría dejado de oponerse.

Por otro lado, la consigna del Cambio, que seguramente subestimamos porque no aparecía sustentada en propuestas concretas, arraiga con facilidad luego de un período de doce años de gestión. Quizás, en su afán de mostrar su integración con el FpV, el candidato no pudo acentuar los matices de su propuesta que pudieran responder a esa demanda de cambio. No es fácil hacerlo, por otra parte, cuando el gobernador de Buenos Aires lleva ya ocho años de gestión, pero sin embargo, ese es el mismo lapso en el que gobernó la ciudad Mauricio Macri y el jefe de Gobierno –dueño exclusivo del discurso macrista– no tiene problemas en prometer todo lo que hará en la presidencia aunque nada de eso pueda fundamentarse en lo que hizo anteriormente. Esto es tan cierto que promete llenar la Argentina de viviendas cuando no hizo casi ninguna en su gestión.

Scioli puede sacar ventaja a su oponente, apoyándose en las profundas transformaciones que impuso el kirchnerismo y señalando que, en caso de triunfar su adversario, éstas conquistas estarán en peligro. No parece creerlo así una parte de la población que ha olvidado demasiado rápido los efectos de las políticas de ajuste y reducción salarial aplicadas antes del 2003, las mismas que siguen proponiendo los economistas del macrismo, más allá de los caprichosos giros discursivos del candidato.

Por otro lado, como la mayoría de la población percibe que serán necesarios algunos cambios en la economía, el candidato del FPV debe aclarar más esas propuestas, para vencer la desconfianza de quienes temen que esos cambios reduzcan el compromiso de la gestión con la orientación dominante en los últimos doce años, tanto como la de quienes teman que su discurso no toma en cuenta las dificultades de la coyuntura. No es tan complicado esto como parece, sólo se trata de explicitar más las medidas a adoptar con la seguridad de que en ese debate él puede ganarle dos veces a Macri: mostrándose identificado con las políticas kirchneristas que la mayoría de la población ve como positivas y mostrándose más capaz de encarar las medidas coyunturales sin afectar los núcleos centrales de las políticas de transformación.

A pesar del impacto del resultado del domingo, quedan aún cuatro semanas de campaña y ya hemos visto en este tiempo con rapidez pueden cambiar los resultados. Habrá que convocar a los muchos peronistas que votaron a Massa que hoy deberían pagar un precio demasiado alto si olvidaran su tradición, a los progresistas y de izquierda que tienen críticas al candidato del FpV, pero saben lo que puede significar un gobierno de centroderecha que gobernaría el país y sus dos distritos más importantes y a todos los que no se resignen a la restauración de la experiencia noventista. Hace 5 años la muerte de Néstor Kirchner fue el momento de eclosión de una nueva militancia, por qué no soñar que este nuevo aniversario nos dé fuerzas para superar esta encrucijada y seguir avanzando.

* Director del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti.

El 12 de Octubre es el centro de la más intensa controversia de la historia universal

Estándar

tomado de correo del orinoco

Pocas fechas del calendario contienen una carga tan intensa de antagonismo respecto al establecimiento de su significado

El día 12 de octubre de 1492 el navegante Cristóbal Colón, a la cabeza de tres embarcaciones que habían zarpado de España el 3 de agosto anterior -según Bartolomé de las Casas-, echó pie en Guanahaní, pequeña isla situada al noreste de Cuba -en aguas del Océano Atlántico-, y que forma parte del archipiélago las Bahamas. Su arribo a tierras americanas constituye uno de los sucesos fundamentales de la historia universal y la fecha se encuentra en el centro de un debate de varios siglos que pretende despejar su significado.

EL PRIMER ENCUENTRO

Para el momento en que Colón atracó en Guanahaní esta isla, al igual que el resto de unidades territoriales que integran las Bahamas, estaba habitada por lucayos -rama de los arahuacos o taínos- quienes, al lado de la etnia que da su nombre al Caribe, se asentaban en las islas de este mar y franjas de Tierra Firme.

La mañana de ese día 12 el Almirante genovés, al mando de la nao (embarcación de gran calado para la época) Santa María, y dos carabelas, la Pinta y la Niña, en uso de facultades que le habían otorgado los Reyes Católicos, en cuyo nombre hizo su primer viaje hacia ‘la Mar Océano’, bautizó la isla con el nombre de San Salvador. El primer contacto entre europeos y aborígenes en Guanahaní estuvo marcado por el asombro y temor reverencial de los naturales, semidesmudos en su habitual inocencia, ante los trajes, armas, banderolas y gestos de los recién llegados -así como por la contemplación del trasfondo marítimo adyacente a la playa, donde anclaban naves de impresionante tamaño, cuyo velamen constituía novedad inesperada para los autóctonos-. Como ‘seres superiores’ fueron recibidos Colón y los suyos aquel 12 de octubre.

Quienes desembarcaron, ignorando a su vez la esfericidad de la Tierra, y la existencia de un cuarto continente, creyeron encontrarse en Asia, a orillas de alguna posesión del legendario Preste Juan.

EL DEBATE

El primer viaje de Cristóbal Colón, con su arribo a Guanahaní, en cuanto hecho histórico, es resultado de los adelantos científicos que Occidente había acumulado en las postrimerías del Medioevo. La invención de la carabela y el uso de la vela latina, al lado de la brújula y la más reciente cartografía, aunado ello a la necesidad de explorar un acceso al Asia, que reconectase con la Ruta de las Especies -en tiempos en que los otomanos habían cerrado la vía de Constantinopla-, así como la capacidad de financiamiento del largo periplo, y el atrevimiento de algunos adelantados como el propio Almirante, para romper las fronteras oceánicas conocidas, e incursionar más allá del llamado “Mar Tenebroso”, le dan al personaje rasgos míticos indiscutibles. Tal es la connotación que se da en países europeos a la efemérides. En España se le realza como su Día Nacional o Día de la Hispanidad, en homenaje al Almirante que puso en manos de la Corona todo un continente sobre el cual edificar un imperio. Ello de una parte.

¿FIESTA O LUTO?

De otra parte, se debe señalar que pocas fechas del calendario contienen una carga tan intensa de antagonismo respecto al establecimiento de su significado. Ciertamente la efemérides conlleva la catástrofe demográfica de la población autóctona, la cual, según diversos estudiosos, para 1492 alcanzaba setenta millones de habitantes, sintiendo un brusco descenso en los primeros ochenta años de la Conquista. Y, tras paulatina reposición, acercarse a los 54 millones actuales.

A estas circunstancias se agrega la implantación de la esclavitud, en contra de los pueblos aborígenes al comienzo; y luego en perjuicio de la población negra del África, para sojuzgarlos como mano de obra en plantaciones y labores domésticas durante el régimen colonial. En todo caso cualquier análisis histórico debe admitir que España trasladó a la América con sus colonos ganado, semillas y técnicas de cultivo e industria, así como el idioma y su lecto-escritura que hoy integran rasgos sustantivos de la mestización etnocultural que, al lado de la herencia indígena y africana, distingue a Nuestra América.

T/ Néstor Rivero

Evo Morales y los Cinco rinden homenaje al Che

Estándar

http://www.cubadebate.cu/

El presidente boliviano, Evo Morales, rindió homenaje este jueves al guerrillero argentino-cubano Ernesto Che Guevara al inaugurar una escuela con su nombre en este municipio del oriental departamento de Santa Cruz.

La apertura oficial del referido centro contó con la presencia de los Cinco, como se conoce a Gerardo Hernández, René González, Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Fernando González, quienes estuvieron acompañados por el coronel Orlando Cardoso Villavicencio, todos Héroes de la República de Cuba.

Morales, durante la apertura del referido centro, resaltó la importancia del ejemplo del Che para las nuevas generaciones y recordó que, aunque ahora se llega al poder a través de las urnas, muchos presidentes latinoamericanos fueron antes guerrilleros.

Entre estos, el primer mandatario indígena de Bolivia, mencionó al exjefe de Estado uruguayo José Mujica, la mandataria brasileña, Dilma Rousseff, y el nicaragüense Daniel Ortega, entre otros.

Según el presidente, el Che ayudó a que muchas regiones de Bolivia se conozcan en el mundo, sobre todo Vallegrande, donde permanecieron escondidos durante 30 años los restos del guerrillero, quien fue asesinado en La Higuera, a 60 kilómetros al oriente de esta localidad.

Al mismo tiempo, destacó la cooperación cubana con su país y con otras naciones de Latinoamérica y el mundo, muchas veces al compartir lo que tiene y no lo que le pudiera sobrar.

En la actividad inaugural de la escuela en homenaje al Che estuvieron presentes, además, los embajadores de Cuba, Benigno Pérez, y Argentina, Ariel Basteiro, además de representantes de las misiones cubanas en el país y de otras naciones de la región, quienes acudieron al lugar a rendir homenaje al guerrillero.

El Che que nació en Argentina el 14 de junio de 1928, fue uno de los comandantes más destacados de la lucha de liberación en Cuba y desde 1966 a octubre de 1967, encabezó una guerrilla en Bolivia.

El 9 de octubre de 1967, un día después de ser capturado en la Quebrada del Yuro, fue asesinado por orientaciones de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), de Estados Unidos, en la escuelita de La Higuera, un lugar donde se realizará mañana otro acto de homenaje.

(Con información de Prensa Latina)

Conflictos fronterizos

Estándar

Escrito por Luis Britto García  http://portalalba.org/

Iba a pasar desde el momento en que tenemos dos mitades del cerebro, una lógica, secuencial, temporal, la otra intuitiva, totalizante, espacial. En cada ser hay una inacabable guerra que nace con la conciencia y que no extingue ni siquiera la muerte. En cada ser una tiranía del hemisferio dominante que mantiene bajo su dictadura a un hemisferio sojuzgado, oprimido, silenciado. Nada es la lucha de clases al lado de la polémica de los lados del cerebro, cada uno mirando hacia una perspectiva distinta mediante el ojo del lado opuesto del cuerpo. Al fin se declara la contienda, que experimentamos como jaquecas interminables. La peor guerra es la civil. Alternativamente toma el poder una de las mitades, para ser posteriormente derrocada por otra, de allí que una mañana amanecemos cerebrales y la siguiente poéticos, por minutos somos intuitivos e inmediatamente deductivos, de ello dependen transitorias alianzas que se conciertan y extinguen a la velocidad de la idea. Al fin en cada uno de nosotros un hemisferio destruye al otro, seres hemipléjicos nos arrastramos odiándonos según que el lado izquierdo del cuerpo arrastre al derecho o viceversa, conspirando como unirnos en bandas, cofradías, países, confederaciones diestras o siniestras. Al fin tenemos un planeta dividido en dos hemisferios, uno lógico y otro intuitivo, que rota de la noche al día, de los vendavales de la pasión a la abstracción cristalizada, cada uno acechando, odiando, planificando destruir al otro. El sentimiento y la razón batallan con proyectiles de lógica y bombardeos emocionales, contaminándose con virus silogísticos y nanomaquinarias pasionales, intimándose la rendición en lenguajes que la parte opuesta nunca comprende, sin alivio, dos mundos ininteligibles intentando la destrucción del otro que es la propia.

La batalla de la izquierda y la derecha

Qué destino nos condena a tener una mitad torpe y otra casi diestra. La misma separación de las palabras condena. Nuestra izquierda es siniestra, nuestra derecha recta, tiene siempre el derecho. y además, en francés, le droit, y en inglés, lo correcto, right. Pertenece a la diestra toda destreza; quien resalta en un arte o un oficio es un diestro. En vano la izquierda toma el poder: al juramentarse,} le piden que lo haga levantando la derecha. Ni la escritura, ni las herramientas, ni los mandos del carro, ni la mayoría de los instrumentos musicales están adaptados para la minoría de los zurdos. Hay sin embargo el misterio de que no somos zurdos cuando con la izquierda golpeamos el teclado del piano o la computadora. Quién sabe si nacemos con una orientación dextrógira o sinistrógira, o si el prejuicio social nos conmina a condenar la mitad de nuestro ser. Genios hubo ambidiestros, como Leonardo da Vinci, que con igual destreza manejaba todos sus extremos y sus extremidades.

Las conciencias bilingües

Conciencias bilingües, llamó Mario Briceño Iragorry a las que teniendo una nacionalidad pensaban con los conceptos y los intereses de otra. Irrelevante es su caso comparado con el de quienes manejan dos o más idiomas. Decía Wittgenstein que los límites del lenguaje son los de nuestro universo. Aprender otro idioma es entonces adentrarse en un mundo engañosamente parecido al nuestro. Alguna vez he señalado que en castellano casi todas las cosas tienen sexo, como lacucharilla y el cuchillo. En inglés y alemán prácticamente todo es neutro, salvo lo que en verdad tiene sexo; pero los germanos no tienen una Madre Patria, sino un Vaterland. En castellano el verbo está casi al comienzo de la oración: en el principio es el Verbo, mientras que en teutón está al final de ella: la acción sólo se decide reflexivamente después de expuestos sujetos y predicados. No sé si los políglotas hablan en una lengua y sueñan en otra; si aman en un lenguaje y odian en otro distinto. Los traductores simultáneos tienen una tasa superior al promedio de dolencias mentales: conciliar universos contradictorios puede ser puerta de la locura, el otro nombre de la omnisciencia.

Fuente: Aporrea

En su carpa roja Pío Tamayo formó los primeros Círculos Marxistas de Venezuela

Estándar

http://www.correodelorinoco.gob.ve/

Pío Tamayo tuvo una actuación estelar en el acto central de la Semana del Estudiante, cuando, ante el Panteón Nacional, leyó su extenso poema “Homenaje y demanda del Indio”, directo reclamo a las condiciones del país donde se aludía al pasado aborigen americano y del país

El 5 de octubre de 1935 falleció en Barquisimeto Pío Tamayo, pionero de la de difusión del pensamiento revolucionario en la Venezuela del siglo XX, y quien durante sus años de cautiverio en el Castillo Libertador de Puerto Cabello, formó los primeros círculos para el estudio del marxismo en el país. El “Floricultor” ‒nacido en 1898 en El Tocuyo‒, entregó su existencia meses después de ser liberado de la prisión debido a un fuerte quebranto pulmonar.

TRASHUMANCIA E IDEAS

En 1922, Pío fue forzado por las autoridades del estado Lara a exiliarse, bajo la amenaza encerrarlo en prisión si permanecía en el país. En el origen de la exigencia estaba el hecho de que Tamayo ‒quien administraba la hacienda de su familia en los alrededores de El Tocuyo‒, a diferencia del propietario tradicional, promovía entre los peones cooperativas y usos de mutua prestación, lo que lo hacía sospechoso para el régimen gomecista.

Fuera del país, Tamayo laboró en una central azucarera. En 1923 trabajó para una imprenta en Nueva York. Para septiembre de ese año, en La Habana, se integra al periódico ‘Venezuela Libre’ y a la “Revista Universitaria”, acercándose al Partido Comunista de Cuba, y también al grupo de venezolanos que formulan la lucha contra el gomecismo desde una postura de aproximación socialista.

EL BURÓ DEL CARIBE

Ya identificado con la visión de la sociedad de Carlos Marx, Pío se adentra en los núcleos que en la cuenca del Caribe trazan programas socialistas en el marco de la liberación nacional y la estructura agrario-feudal del país. Su análisis le conduce a priorizar la organización del proletariado urbano, como sector social que ha de liderar la transformación radical de la sociedad. Así, en 1924 en Barranquilla, crea la Unión Obrera Venezolana, de perfil marxista. De allí va a Panamá donde, en función de su visión internacionalista, contribuye a organizar grupos de inquilinos y al estallido de una huelga de dicho sector. Ello le acarrea la expulsión del itsmo: se fue a Guatemala y luego a Costa Rica. Ya era miembro del llamado Buró del Caribe, grupo de filiación marxista adscrito a la III Internacional fundada por Lenin en 1919.

VUELTA A LA PATRIA

Pío regresa a Venezuela a fines de 1926. En 1927 se integra como redactor a la revista Élite y colabora en el diario ‘Mundial’, en Caracas. A comienzos de 1928 se involucra de modo directo al lado de Jóvito Villalba, Rómulo Betancourt y Juan Bautista Fuenmayor, en la organización y ejecución de los actos de la Semana del Estudiante, que se celebraba en el Carnaval de ese año.

La jornada servirá a los noveles líderes de la Venezuela que enfrentaba al dictador desde una tribuna urbana y con instrumentos distintos a los del caudillismo decimonónico, para mostrar a propios y extraños la vitalidad de un nuevo actor político, el cual sorprendió a los funcionarios de la dictadura y al propio Gómez.

Inicialmente, los funcionarios gomecistas no supieron cómo actuar ante las circunstancias: una oposición civil que alcanzaba vigor con cada nueva coyuntura y movilización de calle, y que congregaba a estudiantes universitarios, núcleos de artesanos, obreros y profesionales urbanos

EL POEMA

Pío Tamayo tuvo una actuación estelar en el acto central de la Semana del Estudiante, cuando, ante el Panteón Nacional, leyó su extenso poema “Homenaje y demanda del Indio”, directo reclamo a las condiciones del país donde se aludía al pasado aborigen americano y del país [“Sangre en sangres dispersa/almagre oscuro y fuerte estirpe Jirajara (…) de Mara y Yaracuy”]. Allí, denunció el “anacrónico cesarismo”.

No cayeron en gracia, entre las altas esferas del gomecismo, las invocaciones del poema a la “rebeldía” y a la novia cuyo nombre es “Libertad”. Así, el marzo del mismo año 1928 Pío es encarcelado, y no recobrará su libertad sino para ir a agonizar en brazos de los suyos en diciembre de 1934. Al resto de los jóvenes que participaron en la Semana del Estudiante, se les liberó, unos serían expulsados del país, otros fueron sometidos a régimen de confinamiento.

LA CARPA ROJA

Entre 1928 y 1934, en sus años de presidio, Pío, quien había estudiado concienzudamente la teoría revolucionaria, se dedicó a formar a las nuevas generaciones en el marxismo. Entre sus discípulos se encuentran Miguel Acosta Saignes, Ángel J. Márquez y Rodolfo Quintero entre otros. Esos círculos de estudios eran conocidos como la Carpa Roja.

En recopilación de escritos de y sobre Pío Tamayo, el investigador Jesús Mujica, del colectivo Idealidad Avanzada, comenta un párrafo que sobre sí mismo, escribió del iniciador del marxismo en Venezuela “Supe que mi condena obedece a que el gobierno (de Juan Vicente Gómez) ha tenido noticias de que mantengo escuela de comunismo en el Castillo. No de comunismo pero sí de idealidad avanzada. Cada día de cárcel me preparo mejor”.

Al igual que Antonio Gramsci, en la Italia de Benito Mussolini, Tamayo en la Venezuela del Benemérito, no logró exponer a extramuros el vasto caudal de pensamiento político adquirido, pues para diciembre de 1934, cuando se le deja en libertad, la sinusitis que padecía a su ingreso en el penal, se había transformado en tuberculosis. Fallece tal día como hoy, el 5 de octubre de 1935.

T/ Néstor Rivero
I/ Cortesía
Caracas