Crónicas constituyentes II. Vivir para contarla

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Escrito por Rodolfo Carballo   

La constituyente va. La hoja de ruta comenzó el 1º de mayo cuando el presidente Nicolás Maduro anuncia la convocatoria ante los trabajadores en su día, para que el pueblo constituyente haga valer su poder para convocar a la Asamblea Constituyente Originaria. Este poder, una vez instalado como Asamblea, tendrá un carácter plenipotenciario, soberano, y no estará supeditado a ningún otro poder constituido. El segundo paso, por tener la iniciativa en la convocatoria, el presidente hace la propuesta de elección por voto directo, secreto y universal de los 545 constituyentistas, 364 territoriales, uno por cada municipio, 2 de las capitales de municipio, 7 por Distrito Capital por ser un ente federal. Esto equilibra la representación de las entidades municipales, teniendo igual representación el exquisito y concentrado municipio de Chacao en el este de Caracas, con municipio Cruz Salmerón Acosta, pequeño municipio de pescadores en el Estado Sucre. Por otro lado habrá 181 representantes sectoriales, indígenas (8), estudiantes (24), campesinos y pescadores (8), empresarios (5), personas con discapacidad (5), pensionados (28), consejos comunales (24) y trabajadores (79). No se podrán presentar como candidatos ningún representante del poder constituido, ni el presidente, ni los gobernadores, ni alcaldes, ni ministros, ni legisladores, a menos que renuncien a su cargos. Según la presidenta del Consejo Nacional Electoral, en sus acuerdos de directiva, tercer paso, deciden que las elecciones de constituyentes serán dos elecciones separadas, una territorial, otra sectorial; serán a fines de julio, para instalarse en el Palacio Legislativo como Asamblea en 72 horas. Asimismo, indicó que los ciudadanos y ciudadanas que estén interesados en postularse como candidatos para ser constituyentes, el Poder Electoral pondrá a disposición un espacio en el portal Web para la inscripción, específicamente los días miércoles 31 de mayo y jueves 1º de junio. Además anunció que las elecciones a gobernadores y legisladores estadales para el 10 de diciembre. Querían elecciones, allí está el cronograma electoral de esta singular Dictadura.

Con estos anuncios la mesa está servida. De todas maneras es necesario hacer algunas precisiones. Cuando se habla de Pueblo constituyente, no se habla de una masa etérea, sino de sujetos concretos, con derechos y deberes, registrados, con datas públicas. En lo territorial no hay dudas, podremos votar todos los que estamos inscritos en el registro electoral al igual que otras elecciones, por ejemplo para los diputados nacionales o regionales. En mi caso, en la elección territorial votaré por dos candidatos, por ser Cumaná municipio capital de Estado. Por otro lado, se elegirán en un evento separado los representantes sectoriales, de acuerdo a los registros o datas de cada sector. Por ejemplo, los pensionados que son más de 2 millones, elegirán sobre la base a una lista nacional de postulados y el número de representantes deviene a la cuantificación del sector de manera proporcional. Volviendo a mi caso, podré votar también a la lista de trabajadores de mi preferencia. Podrá haber miles de postulados como representantes de los trabajadores, inclusive podrá haber varias listas. Podrá postularse cualquier venezolano, mayor de edad, que luego de inscribirse en la página del CNE, recibirá una planilla autorizada y oficial, para recoger el 3% del registro electoral del municipio y el mismo porcentaje de la data del sector. Las nominaciones y candidaturas: la postulación de los candidatos y candidatas se podrá presentar en alguna de las siguientes formas: Por iniciativa propia, por iniciativa de grupos de electoras y electoras, por iniciativa de sectores antes mencionados. Pareciera un sistema complejo, pero el pueblo venezolano tiene gimnasia electoral comprobada en las 20 elecciones durante la revolución.

Crítica a la razón. Crítica al método. Como habíamos advertido salieron a la palestra un variopinto muestrario de críticos a la constituyente. Los opositores radicales que vociferan que la convocatoria es inconstitucional, que es una cortina de humo, y que se declaran en desobediencia civil a cualquier acto emprendido por ejecutivo, porque técnicamente estamos en dictadura ya que se ha roto el hilo constitucional. Alguno se atrevió a calificar al pueblo constituyente, como “prostituyente”. La sinrazón de este sector facho que desconoce la convocatoria electoral de julio y también la de diciembre, cae en el mismo equívoco de cuando decidieron no presentarse a las parlamentarias del 2005. Su única razón es la violencia de calle hasta que caiga el régimen. También están los que dicen que esta constitución es “imperfectible”, que la nueva constituyente traicionará el legado de Chávez o que se debería llamar a una consulta previa. Se caen las máscaras de aquellos que dijeron que los constituyentes iban ser elegidos a dedo o cerrada entre chavistas. Que les impide a los opositores presentarse si se consideran mayoría. Estas afirmaciones y la negativa de la MUD a medirse en el «todo o nada» de la Constituyente, lucen ahora desencajadas frente a la metodología presentada por Maduro. En cuanto a la crítica del método están los que dicen que la elección sectorial es corporativa o que no respeta el principio de un elector – un voto, aunque que tengan que reconocer que si hay elecciones a alcaldes y concejales, uno vota en dos instancias distintas como un elector. En fin, está abierta la puerta para que el próximo 31 de mayo y 1 de junio para quien quiera y pueda postularse; habrá un período de evaluación si los postulados llenan los requisitos de ley, que no tengan inhabilitaciones. Mientras tanto el postulado o postulada puede recoger las firmas de  aval a su candidatura.

El debate ya está instalado en la calle. Desde que fue anunciada la convocatoria,  el dialogo constituyente está en todos lados. En lo portales de opinión, en los medios nacionales e internacionales,  en las redes, se crean comités constituyentes, asambleas por doquier están discutiendo sus propuestas y candidatos. Diariamente hay movilizaciones por sus reclamos sectoriales, por la paz y la justicia, y también hay una masa crítica que lucha por la diaria para conseguir alimentos y medicamentos, producir en sus patios productivos y comunales. La oposición, principal promotor de la guerra económica, había prometido que las colas para las elecciones parlamentarias pasadas sería la última cola, ilusión que se esfumó ante una asamblea con mayoría opositora, que lejos de ayudar a solventar la emergencia, la agravan con el solo fin de destituir al presidente. Pareciera que las expectativas populares están a favor de la Paz, profundizar los cambios revolucionarios, hacer una revolución en la revolución, y la constituyente siendo soberana, será poder para cambiar todo lo que deba ser cambiado, poder para blindar las conquistas y misiones sociales, poder para rectificar y crear nuevos horizontes de utopías realizables. Nuevamente estamos ante un nuevo parto de la historia, en términos Gramcianos, donde lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer.

La masa chavista está en movimiento con espíritu de lucha y fiesta, comparable a la convocatoria del 99. Earle Herrera en sus “Historias mínimas de la Carta Magna” nos apuntaba que Venezuela era una fiesta. Por aquellos de 1999 por todos los lados y en todos los lugares se hablaba de la Constituyente con asombrosa propiedad. El limpiabotas y su cliente – el “doctor”, pues- cruzaban opiniones como dos catedráticos de Derecho Constitucional. La mujer llamada “servicio cama adentro” y la “señora” intercambiaban firmas – la patrona con un mohín piadoso- porque sus maridos se habían lanzado a la Asamblea. Vale igual la rúbrica recogida en La Bombilla de Petare que la pescada bajo el acuario del Sambil (aunque algunos no terminan de aceptarlo). El tema dejó de ser la prédica de un comandante de paracaidistas que clamaba en el desierto, para pasar a copar todos los ámbitos, de la Guajira hasta el Esequibo.

La oposición tiene otra agenda. Hegemonizada por el núcleo duro fascista, el abanico de partidos de la MUD, Fedecamaras y la jerarquía eclesiástica (en realidad un partido más de oposición), se ha pintado la cara y mantienen la agenda violenta y golpista. Se sienten guapos y apoyados desde el exterior, con los apoyos de los sátrapas de los presidentes de la Triple Alianza del MERCOSUR, del cadáver insepulto de la OEA y su cabecilla Almagro, todos marionetas de Trump y del Departamento de Estado. Internamente, refugiados en la Asamblea Nacional inoperante y amparados en sus fueros, administran de manera facciosa los dólares que reciben de distintas fuentes de finaciamiendo para costear su insurgencia armada. Repiten el método de concentrar sus acciones violentas en los municipios que son gobierno, donde los alcaldes y sus policías hacen la vista gorda antes los desmanes. Son cotidianos, en algunos puntos críticos, los cortes de calles y autopistas con troncos de enormes árboles o camiones secuestrados, sus acciones de pirotecnia contra blancos móviles de supuestos chavistas o a la sede de un ministerio de vivienda o un metrobús del transporte colectivo. También han incursionado en algunos barrios populares, con acciones vandálicas sorpresivas de grupos mercenarios del hampa que atacan con fuego a un materno infantil del Valle, donde quizás estén atendiendo a una hermana del ejecutor de la acción. Mientras los dirigentes opositores dan declaraciones incendiarias en la cabecera de una supuesta “marcha pacifica”, por detrás están los encapuchados con bombas molotov, armas caseras tipo chopo, lanzallamas y desde las alturas, la artera presencia de francotiradores. En ese escenario, todo caído o alcanzado por fuego cruzado es adjudicable a la Guardia o Policía Bolivariana, o sea al gobierno, o a los colectivos de motorizados que siempre son estigmatizados como hordas chavistas. A todo esto, los “luchadores de la libertad”,  aprovechan que la Guardia y la Policía Bolivariana actúa solo como contención (tienen autorizado solo a usar escudos y gases lacrimógenos), para hacerse selfies con una aparatosa mascara antigas, chaleco protector y equipos de comunicación comprados online, o enarbolando la bandera nacional al revés, o alguien que se monta desnudo sobre una tanqueta para que los flashes de las agencias del mundo se hagan su festín. Así es que, la misma foto de una especie de Robocoop callejero entre llamas y humo aparece simultáneamente en las portadas de la Voz del Interior de Córdoba, el Miami Herald, o el País de España, y sus escribas repitiendo verticalmente sobre la responsabilidad de Maduro en la “salvaje represión” contra el pueblo.

La mayoría del pueblo reclama el cese de la violencia y la paz. La cuota de muertos ya sobrepasan el medio centenar en 40 días de violencia, hay centenares de heridos, destrucción de bienes materiales públicos y privados por centenares, desde pequeños negocios como una carnicería o una peluquería, a centros de salud, camiones de trasportes de alimentos o la sede de una alcaldía. Todo vale para intentar hacer ingobernable el país, presentarnos como en una crisis humanitaria como si estuviéramos en el escenario de guerra en Siria o Libia, para justificar una intervención extranjera. La guerra civil entre venezolanos, la llamada “guerra de perros” , es una estrategia ya probada para voltear gobiernos pocos dóciles a través de una intervención extranjera. La promoción del odio, la supremacía racial, las amenazas de muerte preanuncian, vía las redes sociales, tiempos de restauración fascista. Habitualmente, el venezolano acostumbra la solidaridad y convivencia, pero los delitos terroristas y de odio como propaganda de guerra y caldo de cultivo para una guerra civil, buscan generar un clima de terror y desasosiego en el pueblo. Buscan que a la violencia se responda con más violencia. También es cierto que los responsables materiales e intelectuales de estos actos terroristas, cuentan con cierta complacencia e inacción de la Fiscalía General de la Nación poco propenso en activar los procesos acusatorios para que la Justicia actúe de manera oportuna y contundente. Sin duda, la Asamblea Constituyente deberá revisar profundamente el sistema penal para que los crímenes de odio, el terrorismo, el vandalismo contra la propiedad pública y privada, y muchos otros delitos que amparan estas acciones.

El antichavismo se encuentra nuevamente sumergido en su laberinto; o vuelven a su cauce democrático, respetar la voluntad soberana del pueblo, aceptar resolver los conflictos de poder en elecciones democráticas o profundizan la espiral de violencia y la agenda golpista para justificar la injerencia extranjera. La burguesía debe asumir que su proyecto capitalista, privatizador, de ajuste y entrega de las riquezas nacionales y la sumisión de los dictados imperiales, es su agenda que ya está al descubierto. En contraparte, el proyecto socialista bolivariano debe ser reinventado, profundizado, radicalizado y la convocatoria a la Asamblea Constituyente es el camino elegido. Los chavistas no claudicaremos en el empeño de defender la democracia  participativa y protagónica, hacer respetar la soberanía y la independencia y crear una muralla donde se estrellen los embates fascistas. Venezuela, ante el avance de la restauración conservadora, dará batalla como hijos de Bolívar y Chávez, los desafíos del tamaño que impongan las circunstancias. Será nuestra batalla de Stalingrado para derrotar el fascismo. Ya nos advertía el comandante Chávez el 8 de diciembre del año 2012  en su mensaje a la nación desde el Palacio de Miraflores  “No faltarán los que traten de aprovechar coyunturas difíciles para, bueno, mantener ese empeño de la restauración del capitalismo, del neoliberalismo, para acabar con la Patria. No, no podrán, ante esta circunstancia de nuevas dificultades -del tamaño que fueren- la respuesta de todos y de todas los patriotas, los revolucionarios, los que sentimos a la Patria hasta en las vísceras como diría Augusto Mijares, es unidad, lucha, batalla y victoria. Hoy tenemos Pueblo, que nadie se equivoque. Hoy tenemos la Patria más viva que nunca, ardiendo en llama sagrada, en fuego sagrado. ¡Hasta la victoria siempre! Independencia y Patria Socialista, viviremos…Y venceremos”.

Lo que necesita saber sobre las bases comiciales de la Constituyente

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El presidente venezolano Nicolás Maduro presentó ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) su propuesta para la estructuración de las bases comiciales mediante las cuales serán electas las representaciones constituyentes, en el marco de la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) que el jefe de Estado  ha impulsado para salvaguardar la República, las instituciones y la sociedad venezolana.

tomado de http://misionverdad.com

De esta manera se abre paso a la metodología de elección de 540 parlamentarios constituyentistas que serán elegidos por el pueblo venezolano «de manera directa, secreta, universal, a nivel territorial y a nivel sectorial».

Si bien la Constituyente de 1999 tenía como objetivo refundar el Estado, el propósito de la Constituyente de 2017 es además de reformarlo, protegerlo y blindarlo. El presidente Maduro indicó en documento consignado ante el CNE que esta convocatoria tenía lugar «ante las circunstancias sociales, políticas y económicas actuales, en las que severas amenazas internas y externas de facturas antidemocráticas y de marcada postura antipatria se ciernen sobre el orden constitucional».

Dicho de otra manera: el chavismo coloca su principal apuesta política en una convocatoria electoral legal, prevista en la Constitución para conformar una Asamblea Constituyente plenipotenciaria, única instancia de elección popular capaz de sobreponerse (como señala la Constitución en el artículo 349) sobre cualquier poder público constituido.

Las bases comiciales

Constituyentes territoriales. De los 540 constituyentistas a elegir, la ANC contará con 364 miembros escogidos territorialmente, más ocho constituyentes electos por los pueblos indígenas. Todos mediante voto universal, directo y secreto. En el caso de los pueblos indígenas, se reconocerán sus métodos ancestrales de elección y participación.

Un constituyente por cada municipio del país, electos de manera nominal, de acuerdo al principio de representación mayoritaria. «Todos los municipios van a tener un constituyente, no importa lo grande o pequeño que sean», comentó Maduro. Dos constituyentes en los municipios capitales de los estados, que serán electos mediante la modalidad lista, de acuerdo al principio de representación proporcional.

En el municipio Libertador de Caracas, capital de la República Bolivariana de Venezuela, se elegirán siete constituyentes, mediante esta modalidad.

«Eso significa que el Distrito Capital de Caracas tendrá siete constituyentes, el estado Anzoátegui tendrá 22 constituyentes como estado; Apure ocho, Aragua 19, Barinas 13, Bolívar 12, Carabobo 15, Cojedes 10, Falcón 26, Guárico 16, Lara 10, Mérida 24, Miranda 22, Monagas 14, Nueva Esparta 12, Portuguesa 15, Sucre 16, Táchira 30, Trujillo 21, Yaracuy 15, Zulia 22, Amazonas ocho, Delta Amacuro 5 y Vargas 2», para un total de 364 constituyentes, apuntó el Presidente.

Constituyentes sectoriales. Por modalidad universal, directa y secreta, pero con facultad para elegir dentro de sectores sociales, se elegirán 168 parlamentarios a la ANC desde los siguientes sectores:

  1. Trabajadores y trabajadoras.
  2. Campesinas, campesinos, pescadoras y pescadores.
  3. Los y las estudiantes del país.
  4. Las personas con alguna discapacidad.
  5. Los pueblos indígenas del país.
  6. Pensionados y pensionadas.
  7. Empresarios y empresarias.
  8. Las comunas y consejos comunales.

Este proceso de elección sectorial es un tanto más intrincado, pero en esencia riguroso para que se vean representados en la ANC sectores sociales claves en la vida nacional. En el ámbito sectorial se producirá la elección conforme a la siguiente distribución: los campesinos y campesinas, pescadores y pescadoras, las personas con alguna discapacidad, los empresarios y las empresarias, los pensionados y pensionadas, los y las estudiantes del país, los y las trabajadoras serán electos y electas en listas nacionales, de acuerdo al principio de representación mayoritaria: quien más votos obtenga va a ser electo en listas nacionales.

Los representantes constituyentes de comunas y consejos comunales se escogerán regionalmente, de acuerdo al principio de representación mayoritaria, en todos los estados del país. «No será por listas nacionales, sino el liderazgo comunal en su propio estado», explicó Maduro.

Básicamente cada elector será agrupado para votar por sólo uno de los varios candidatos sectoriales en el tarjetón y esas candidaturas deben ser acordes al sector social del cual somos parte. El CNE deberá solicitar los registros de los sectores a las instituciones oficiales, ministerios del sector educativo, gremios y asociaciones debidamente establecidos, las nóminas de personas integrantes de esos sub-universos electorales para proceder a la agrupación.

Ejemplo: si usted es jubilado y/o pensionado y no está registrado en otra instancia participativa oficialista u opositora, seguramente deberá votar entre candidaturas del sector de pensionados. Si es empleado público o privado, seguramente deberá votar entre nominaciones chavistas u opositoras de la clase trabajadora. Tal cual como aparece a muchos electores en muchos estados, la facultad de votar en elecciones parlamentarias por «el candidato indígena» sin que muchos seamos indígenas, ahora aparecerá la opción de votar por candidatos acordes al sector al cual pertenecemos. A fin de preservar el principio de un elector, un voto, ningún elector podrá estar en más de un registro sectorial.

Las nominaciones y candidaturas. La postulación de los candidatos y candidatas se podrá presentar en alguna de las siguientes formas:

  1. Por iniciativa propia.
  2. Por iniciativa de grupos de electoras y electoras.
  3. Por iniciativa de sectores antes mencionados.

Para postularse por iniciativa propia se requiere respaldo del 3% de los electores y electoras inscritos en el registro electoral de los municipios, para la elección de los constituyentes territoriales. En el ámbito sectorial, los candidatos y candidatas serán postulados por el sector correspondiente, y deberá recibir el respaldo del 3% del registro del sector al que pertenece.

Para ser postulado como candidato o candidata a la ANC, se requiere:

  • Ser venezolano o venezolana por nacimiento, sin otra nacionalidad.
  • Mayor de 18 años de edad a la fecha de elección.
  • Haber residido 5 años en la entidad correspondiente.
  • Estar inscrito o inscrita en el Registro Electoral.
  • En el ámbito sectorial, se requiere presentar la constancia del postulado o postulada como candidato o candidata a la ANC, de pertenecer al sector que se postula, y las demás que se establezcan en la normativa que se dicte al efecto.

Una lectura sobre el método

Contrariamente a lo que el antichavismo venezolano e internacional ha denunciado, la ecuación comicial que dará cuerpo a la ANC dista mucho de tratarse de una «elección a dedo» o «elección cerrada entre chavistas». La metodología es rigurosa y está enfocada en la estructuración multiversa de un parlamento constituyente, entendiendo que no sólo reconoce las matrices territoriales de representación, sino también aquellas de sectores que sociodemográficamente son representativos y en sumatoria mayoritarios de la sociedad venezolana (como jóvenes, clase trabajadora y pensionados).

Se preserva la modalidad de voto universal, directo y secreto, y se desmiente un supuesto proceso de elección en segundo grado. Hay además otro dato relevante: las regiones y municipios siguen teniendo el mayor peso de ponderación con 364 asambleístas electos mediante esa modalidad, que preserva a los municipios como unidades político-administrativas para la estructuración comicial. Cuestión que desmiente la matriz sobre la creación de un sistema «amañado» para favorecer al chavismo.

No hay condiciones adversas para que el antichavismo venezolano se mida en la Constituyente. En la dirigencia de la MUD se declaran a sí mismos mayoría política y electoral en todo el territorio electoral nacional, en la inmensa mayoría de las circunscripciones municipales y en todos los sectores sociales. De hecho, Julio Borges ha dicho que el chavismo es hoy una minoría política de sólo un 10% o 12% del país. Estas afirmaciones y la negativa de la MUD a medirse en el «todo o nada» de la Constituyente, lucen ahora desencajadas frente a la metodología presentada por Maduro.

Crónicas constituyentes. Vivir para contarla

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escrito por Rodolfo Carballo

Hace poco más de 12 años me instalé en estas costas caribeñas, un poco como deuda personal de tiempos pasados del exilio, un poco para transmitir y aplicar  conocimientos médicos adquiridos, pero más por curiosidad por el fenómeno político de la revolución  bolivariana. Como venezolano de adopción que soy, muchas han sido las alegrías, los logros, los avatares, los sinsabores y de todo lo visto, vivido, escuchado, leído, sentido lo que más me ha impactado es ser parte de una revolución original, una revolución democrática, popular, pacífica cuya palanca, es la constitución bolivariana. Era como reeditar la experiencia chilena de la Unidad Popular en tiempos de Salvador Allende, pero con una constitución como hoja de ruta, con la inédita unidad cívico-militar, con un comandante con visión estratégica. Ni calco ni copia, creación heroica

Para los venezolanos y venezolanas la constitución es motivo de orgullo, por sentirla como propia, por haberla defendido en tiempos de acecho y curiosamente debe ser el único país que se celebra, de manera festiva, su cumpleaños. La “bicha” como le dicen al pequeño librito azul, ha sido impresa y distribuida por millones, es clarita, facilita y muy sabia. Quiso que la vuelta de la historia, me tocara vivir un nuevo proceso constituyente y creo que es un buen motivo para divulgar el fenómeno que ya está en marcha, y al parecer no la para nadie. Trataré de enviar de manera periódica lo que está pasando como de pequeñas crónicas, urgentes, curiosas, en tiempo real como dicen. Me apoyaré con  de las “Historias mínimas de la carta magna”, escritas por Earle Herrera, y por su puesto, por el propio Chávez, que siempre está presente. Uds. amigos míos, pueden ayudar a divulgarlas. Yo, vivir para contarla.

El 1 de mayo de 2017, ante millones de chavistas que colmaron las calles céntricas de Caracas, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, convocó al Poder Constituyente Originario; para que la clase obrera y el pueblo convoque a la Asamblea Nacional Constituyente que busca la paz y el diálogo en el país. La Constituyente reorganizará el Estado e integrará en la Constitución los logros sociales que se han desarrollado en el país de la mano de la Revolución Bolivariana. Con esta inesperada convocatoria, se abre una ventana de oportunidad para que se imponga la paz y para que los representantes de los modelos antagónicos del país, tengan un escenario político democrático para dirimir las diferencias. Ante la creciente confrontación entre el gobierno y la oposición por el bloqueo institucional entre los poderes del Estado, la controversia principal pareciera estar, como siempre lo estuvo, en la relación de las partes en disputa con respecto a la Constitución Bolivariana, que todos dicen respetar. La convocatoria al poder constituyente, pone a prueba el apego de las partes a la carta magna, para que sea el pueblo originario el que resuelva por abajo, lo que el poder constituido no ha podido resolver por arriba. La apuesta es audaz, constitucional, controversial, pero pareciera ser la única salida, hoy por hoy, ante el curso de los acontecimientos, para evitar una guerra civil que nos quieren imponer, como antesala a la intervención de los poderes imperiales.

La primera reacción del pueblo chavista ante el anuncio, es reencontrarse con la historia, cuando aquel 2 de febrero del año 1999, Hugo Chávez Frías asume la presidencia de la Republica con el respaldo electoral de 56% de la población. Al asumir  el nuevo presidente se juramentaba “sobre esta moribunda constitución” y así enterraba, de manera simbólica, la Constitución de 1961. «Tiene que morir y junto a ella el modelo político nefasto al que dio nacimiento en estos últimos cuarenta años. Eso tiene que morir. Va a morir, señores. Acéptenlos todos y es necesario que muera, pero claro que, al mismo tiempo es necesario que nazca otro modelo». Así se anunciaba el camino prometido en campaña de la convocatoria al proceso constituyente. Con este fuerte simbolismo, se advertía que no estábamos ante un simple cambio de gobierno. El proyecto bolivariano es algo más complejo, más profundo, más raizal, que se remonta a la historia de 500 años de dominación, 200 años de lucha por la independencia y la lucha de generaciones de patriotas y revolucionarios para sacar del olvido, de las márgenes de la sociedad, para recuperar el orgullo de la venezolanidad india, negra, mestiza para enarbolar una revolución social, con el resurgimiento del espíritu nacional para enfrentar los desafíos del siglo XXI

El ex diputado constituyente, actual diputado nacional del PSUV y periodista de raza, Earle Herrera en sus “Historias mínimas de la carta magna”, un exquisito compilado de crónicas que nos dibuja el  ambiente de la época. Cuenta Earle, en AQUEL CAMIÓN, que por la parte posterior parecía un camión de estaca sin estaca. Sobre su acerada platabanda un enorme cajón, (buzón constituyente) pintado con los colores del tricolor nacional. Un cartel de 1,50 por 1,20 exhibía la leyenda ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE. Más abajo: “Comisión de Participación Ciudadana”. Luego el texto “La Asamblea Nacional Constituyente debe ser el centro del debate y participación  del país durante todo el proceso de creación de nuestra nueva Carta Magna…” En efecto, así fue. Aquel camión no se quedaría estacionado frente al viejo Congreso Nacional. Recorrería todo el país recogiendo en su buzón las propuestas del pueblo soberano.   Nota el presidente de la Comisión de Participación Ciudadana era el constituyente Nicolás maduro. El secretario, Darío Vivas. Recogería más de 30 mil propuestas del pueblo ansioso de participar.

Ante la convocatoria de Maduro del 1º de mayo, la oposición, desde otra perspectiva, se revuelve en sus recuerdos y contradicciones, de cuando en aquellas circunstancias se aferraba a la moribunda, al poder residual del congreso bicameral, la corte suprema de justicia de entonces y al ente electoral que aún mantenían como muralla para impedir los avances revolucionarios y para oponerse a la convocatoria a constituyente. La vieja constitución  que sirvió de soporte a 40 años del bipartidismo, como era de esperar, no tenía ningún mecanismo previsto para modificarla, que no fuera un acuerdo de cúpulas. Hubo que recurrir a un resquicio legal para convocar a una consulta popular, para ver si el pueblo estaba de acuerdo para convocar a una asamblea constituyente. Y así se hizo. Primero la consulta, aprobada mayoritariamente por el pueblo y luego la convocatoria a elecciones de los representantes de la Asamblea Constituyente originaria. La oposición, desconcertada, se opuso a participar, con algunas excepciones de individualidades que aceptaron el desafío democrático. De esta manera, convivieron durante varios meses en el Palacio Federal Legislativo, el congreso bicameral en la parte derecha del hemiciclo y la asamblea de diputados constituyentes a la izquierda, ejemplo de cómo se venía realineando el país.

Siguiendo con Earle nos recuerda que Todos los olvidados  de la Cuarta República marchaban hacia la Asamblea Nacional Constituyente. El Palacio Federal Legislativo se poblaba de los preteridos, excluidos e invisibilizados de la víspera.  Campesinos a caballo, burro y a pie, afrodescendientes al son de la curbetas y minas, indígenas de guayuco y flechas, el arcoiris de la sexodiversidad, bomberos con su cascos. Una mañana armónica de virtuosos violines la Cuatro Estaciones de Vivaldi silenciaron la sesión. Llegaba la protesta de los músicos de la Filarmónica, encabezados por el concertino Luis Morales Bance.     

Aprobada y refrendada por nuevas elecciones el 15 de diciembre del año 1999, nace la Constitución Bolivariana de Venezuela, que al poco tiempo de andar sería desconocida en el golpe del 2002, derogada y mancillada por 47 horas, cuando el pueblo restituye al presidente constitucional Hugo Chávez Frías. Earle Herrera, en sus Historias mínimas, nos recuerda que el presidente Chávez estaba imbuido de cosmogonías, sobre todo de las americanas precolombinas, bajo las que habitan nuestros ancestros. El día que regresó de su prisión de La Orchila, aquel abril del 2002, recurrió a un hermoso símil cuando, mostrando su inseparable librito azul, llamo a los bolivarianos y a opositores a respetarlo porque “esta Constitución es el libro de todos, es como el Popol Vuh, el libro de la comunidad”. Vestir de azul el mítico libro de los Mayas es una metáfora sublime, única, insuperable.   

Pasarían varios años y muchas tropelías contra el pueblo, como el paro de la cúpula empresarial de PDVSA, el alzamiento de generales sin tropa en la Plaza Altamira, para que la oposición reconozca la Constitución Bolivariana por primera vez,  recurriendo a uno de los atributos que da la misma: el revocatorio de mandato del año 2004 contra Chávez, que al final se convertiría en reafirmatorio con el 60%  a  favor de su continuidad. Las opciones democráticas que tiene como menú la constitución vigente, son variadas: reforma, enmienda, revocatorio de mandato pasado la mitad del periodo, pero de ninguna manera la destitución del presidente por la Asamblea Nacional. El año pasado, esta vez como parodia, Capriles intenta recolectar firmas para un revocatorio  contra Maduro, plagado de eventos fraudulentos que el resto de la MUD le quita el cuerpo, dejándolo solo en la movida. Un fracaso anunciado. Pero en el colmo de los desvaríos, la fracción conocida como “la salida” hace pocos meses, pretende apelar a la Asamblea Constituyente, pero con fines destituyentes, para matar a la constitución bolivariana.

Ya habían intentado destituir a presidente Maduro desde la Asamblea Nacional, sin que la constitución prevea ese mecanismo, con el absurdo argumento de “abandono de cargo”,  episodio declarado inconstitucional por el Tribunal Supremo de Justicia. Por ello la Asamblea Nacional, con mayoría, opositora, sostiene que se ha roto el hilo constitucional, o sea que, técnicamente estamos en dictadura. Por ello pretenden elecciones presidenciales YA, sin que haya concluido el mandato Maduro, que recién lo hará a finales del 2018. Por todo esto y avalado por un grupo de presidentes cortesanos desde la OEA y MERCOSUR, la derecha cada vez más hegemonizada por la facción fascista, cree tener patente de corso bajo la fachada de “protestas pacíficas”, para llamar a la desobediencia civil, al foquismo insurgente, a todas las formas de lucha, términos con que pretenden apropiarse del ideario de izquierda, para justificar sus fechorías. Pero en la realidad, no son más que mercenarios reclutados del paramilitarismo, sicarios o de mano de obra desocupada, terroristas que pretenden un baño de sangre entre venezolanos. El odio, el racismo, la ola de violencia trasmitida por las redes, convierte a cualquier venezolano y venezolana en blanco móvil, por ser chavista o portador de cara semejante, para que los enardecidos encapuchados descarguen sus broncas.

En realidad, hay síntomas evidentes  que la MUD, a estas alturas del partido, no le interesa ni diálogo, aunque el propio Francisco la convoque, ni elecciones ni de gobernadores o de alcaldes, ni presidenciales, porque los limitaría a moverse en el marco de la constitución, la actual o la por venir. Lo que quieren es capitulación, que el chavismo se rinda ante la guerra económica, la guerra de IV generación, el alzamiento violento o vivir bajo amenaza de una intervención tutelada como propone la Malcorra. Nada de eso puede pasar mientras el pueblo se mantenga movilizado y motivado para defender las conquistas y ahora más aún, ante la convocatoria a la Asamblea Constituyente, que intenta barajar y dar de nuevo, poniendo un nuevo escenario para que la política vuelva al cause democrático. Con la Constituyente se abre un debate diverso, intenso, entre poderes, expertos, opinadores de oficio, pero sobre todo por el pueblo que a lo ancho y largo del país opine sobre la legalidad y pertinencia de la convocatoria y nada mejor que recurrir a la propia constitución, nuestro Popol Vuh libro sagrado diría Chávez.

 “Artículo 347: El pueblo de Venezuela es el depositario del poder constituyente originario. En ejercicio de dicho poder, puede convocar una Asamblea Nacional Constituyente con el objeto de transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución.

 Artículo 348: La iniciativa de convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente podrán tomarla el Presidente o Presidenta de la República en Consejo de Ministros; la Asamblea Nacional, mediante acuerdo de las dos terceras partes de sus integrantes; los Concejos Municipales en cabildo, mediante el voto de las dos terceras partes de los mismos; o el quince por ciento de los electores inscritos y electoras inscritas en el Registro Civil y Electoral.

Artículo 349: El Presidente o Presidenta de la República no podrá objetar la nueva Constitución. Los poderes constituidos no podrán en forma alguna impedir las decisiones de la Asamblea Nacional Constituyente. Una vez promulgada la nueva Constitución, ésta se publicará en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela o en la Gaceta de la Asamblea Nacional Constituyente”.

Mas claro, el agua. Queda claro que el presidente en Consejo de Ministros, es el que tiene la iniciativa y el que puede diseñar la convocatoria, como pudo hacerlo la Asamblea Nacional con dos tercios de los miembros, o los dos tercios de los cabildos municipales o el 15% de los electores inscritos. El que tiene la iniciativa propone las reglas de juego, previa consulta a los actores convocados. Pero lo más importante es, que el propio Presidente no podrá objetar la nueva Constitución. Los poderes constituidos no podrán en forma alguna impedir las decisiones de la Asamblea Nacional Constituyente. La Asamblea Constituyente, una vez instalada, se convierte en poder plenipotenciario, tal cual dice el Art. 5 La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución y en la ley, e indirectamente, mediante el sufragio, por los órganos que ejercen el Poder Público. Los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos.

             Teniendo la iniciativa, el presidente Maduro firma en Consejo de Ministros el mismo 1º de mayo, el decreto de convocatoria que dice “Los y las integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente Originaria serán elegidos o elegidas en los ámbitos sectoriales y territoriales, bajo la rectoría del Consejo Nacional Electoral, mediante el voto universal, directo y secreto; con el interés supremo de preservar y profundizar los valores constitucionales de libertad, igualdad, justicia e inmunidad de la República y autodeterminación del pueblo”. La convocatoria propone 260 diputados con representación territorial y 240 representantes sectoriales registrados por distintos mecanismos reconocidos, para que puedan visibilizarse, los que en la constitución del 99 no estaban reconocidos como sector social, los trabajadores, los campesinos, de las mujeres, jóvenes, de la sexo diversidad, los indígenas, los afrodescendientes, los discapacitados, pescadores, los adultos mayores, cultores, que teniendo sus propias reivindicaciones y aspiraciones sociales podrán ser candidatos del pueblo. Será el Poder Electoral,  poder autónomo, el que en pocos días establecerá las bases electorales, para que la mesa esté servida, para que el pueblo mediante el voto universal, directo y secreto, elija sus diputados  la Asamblea Constituyente ciudadana originaria.

             Acostumbrados a las democracias representativas, donde las burguesías imponen a los ricos, a banqueros, a los burócratas, a los políticos de carrera para que nos representen, cuesta entender lo que la lógica popular intuye como justo y necesario: todos somos ciudadanos y ciudadanas con derechos y deberes y podemos representarnos a nosotros mismos. Cuesta entender la diferencia entre el poder constituido (presidente, gobernadores, alcaldes y el aparataje burocrático que de él deviene) y el poder constituyente, el originario, que es permanente en el tiempo y en Venezuela es el poder soberano. La democracia participativa y protagónica amasada en 18 años de revolución, nuevamente se pondrá a prueba para medir en cuanto hemos avanzado en la construcción del poder comunal, en las misiones, las conquistas sociales, y sentar las bases jurídicas para un nuevo modelo económico post-petrolero; dotar de rango constitucional a las instituciones del poder comunal. Estos avances innegables deberán estar reflejados en la constitución que surgirá de esta patriada, nunca para retroceder ni quitar derechos adquiridos. En fin, la Asamblea Constituyente deberá servir para medir cuanto hemos avanzado en conciencia colectiva como legado del líder Hugo Chávez y abrir nuevos horizontes para profundizar nuestro socialismo.

La derecha orgánica en sus paradojas y contradicciones, apela a la constitución que nunca creyeron para descalificar la iniciativa, lo que no sorprende a nadie, pero llegan a decir, sin sonrojarse, que esta maniobra del dictador Maduro es anticonstitucional, que la convocatoria como un “golpe de Estado”, lo que augura una nueva escalada en el conflicto político. Han llegado a afirmar que esta convocatoria traiciona el legado de Chávez. En esto coinciden con algunos que se consideran chavistas críticos, que creen ser poseedores del copyright del pensamiento  del líder indiscutido de la revolución. Además plantean que se debería convocar a una consulta previa, desconociendo el Art. 348, porque los diputados constituyentes del 99 dejaron una “zona gris”, que solo tienen en su mente los negacionistas o los que pretenden introducir confusión al pueblo. Están los que dicen que esta constitución es “imperfectible”, extraña interpretación de los que creen que la misma no necesita, ni necesitará por siempre, ninguna modificación, que el tiempo se congeló y que el Art. 348 fue un equívoco del constituyente. También están los que opinan que la constituyente es una cortina humo ante la emergencia social y no una oportunidad para combatir la guerra económica en todos los terrenos. En fin, hay para todo, opiniones constructivas, negativas, confusas, diletantes, delirantes, conspirativas. Asimismo habrá reclamos contra la corrupción, la ineficiencia, pedidos de rectificación y de justicia. Para eso el presidente, en su iniciativa convocante, en mismo acto, juramentó a la designada Comisión Presidencial para el Poder Popular Constituyente, presidida por Elías Jaua, para escuchar todas las opiniones a manera de diálogo incluido a la MUD, la jerarquía eclesiástica y los factores de poder económico, que niegan de manera reiterada, el dialogo, la Paz y la voluntad del pueblo.

Para ello dejemos que sea el propio Hugo Chávez de principios de los años 90, antes de la rebelión del 92, el que escribía con el poco conocido libro Azul, que sintetiza los fundamentos del MBR 200, núcleo fundacional de militares patriotas. “El Proyecto Nacional Simón Bolívar debe romper los límites de la farsa representativa, para avanzar hacia la conquista de nuevos espacios participativos en una primera fase de su desarrollo……Ello sólo podrá lograrse a partir de una Asamblea Nacional Constituyente de carácter plenipotenciario, la cual debe elaborar la Carta Magna en la situación de provisionalidad, en el marco de una profunda participación de la sociedad civil, a través de diversos mecanismos de democracia directa…...La democracia popular bolivariana rompe con este esquema de engaño y vasallaje, para llevar los límites de la acción hasta el nivel de protagonización en la toma de decisiones”.  

Y como si nos estuviera contestando a los interrogantes antes planteados, el Chávez visionario de los años 90  nos advertía “Es decir, el pueblo como depositario concreto de la soberanía debe mantener su fuerza potencial lista para ser empleada en cualquier momento y en cualquier segmento del tejido político, para reparar daños a tiempo, para reforzar algún desajuste o para producir transformaciones que permitan el avance del cuerpo social en la dirección estratégica autoimpuesta”.

 

 

Asalto (a mano armada) a la razón

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El Espejo

Por: José Vicente Rangel

1 ¿Qué es la oposición venezolana? ¿Cómo definirla políticamente? ¿En cuál tendencia ideológica ubicarla? ¿Es, acaso, una oposición democrática? ¿O una oposición antidemocrática? ¿Es simplemente fascista? ¿O neofascista? ¿En realidad qué es? Lo cierto es que resulta difícil, por no decir imposible, su clasificación. A la hora de buscar algún tipo de definición no hay manera de lograrlo. Porque en el conjunto de factores que la integran hay de todo. No hay manera de catalogarla por la orientación político-ideológica, porque en su seno existe una variedad de posiciones que algunos pretenden justificarla dándole rango de pluralismo, pero que en la práctica más bien es el resultado de una caótica concentración de múltiples posturas que conviven en razón del mandato de permanecer unidos, dejando de lado profundas diferencias. Pero, sin duda, la oposición es una realidad, caracterizada por la falta de programa, de proyecto de país, de un liderazgo coherente. Que carece de calidad democrática. Que irrespeta a las instituciones. Que se acoge a la Constitución de manera oportunista. Que por igual actúa políticamente a través de la vía legal o recurre a la violencia, bien sea apelando al golpe de Estado o al terrorismo en sus variadas manifestaciones. No es un capricho destacar lo que se puede tildar de visión deformada acerca del comportamiento de lo que solemos definir en Venezuela como oposición. En este mismo espacio he expresado que la oposición que se conformó luego de la derrota que le propinó Chávez en diciembre de 1998 a los factores que gobernaron durante la IV República, no encarnó principios sino odios; no fue expresión de la voluntad de velar por el rumbo democrático de la corriente política que irrumpíó con una nueva conducción, sino producto del más torvo de los revanchismos.

2 Por esta razón -en base a esa partida de nacimiento-, la oposición que funciona en Venezuela en los 18 años de gobierno bolivariano es la negación de lo que se conoce, en la doctrina y praxis de la política mundial, como oposición. Es todo lo contrario: es el atajo, la irracionalidad, la emboscada, el constante desafío a la norma y a la lealtad republicana. Es la oposición que comenzó a conspirar antes de que Chávez tomara posesión de la presidencia; que tres años después promueve el golpe del 11-A; que luego del fracaso convoca a una huelga general y paraliza a la industria petrolera; que recurre al terrorismo desde Plaza Altamira; que en el 2005 se niega a participar en las elecciones parlamentarias para darle argumentos al golpe en marcha; que en el 2014 monta una guarimba terrorista que deja un saldo de 43 asesinados y más de 800 heridos, así como la destrucción de instalaciones públicas y privadas. Es la oposición que promueve la guerra económica y monta con EEUU, la OEA de Almagro y la derecha de la región, el plan para derrocar al presidente legítimo, Nicolás Maduro. La misma que ahora desata la ofensiva que tiene semanas arremetiendo contra el régimen constitucional. La oposición, desesperada porque no logra el objetivo, se une al hampa y protagoniza las más brutales acciones que recuerda en el país, con nuevas formas de lucha, con hombres y mujeres desnudos, exhibición de personas defecando en plena calle, ataques a las autoridades con bombas elaboradas con excrementos y campaña estilo nazi contra el chavismo.

3 Sin duda un comportamiento difícil de definir. A mí se me ocurre llamarlo asalto (a mano armada) a la razón. Porque es lo más insensato que puede ocurrir en política.

LABERINTO

¿Qué pasa con ciertas jerarquías de la Iglesia Católica en la región latinoamericana? La pregunta está relacionada con la actitud, en Venezuela, de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), que en forma insolente desoye la recomendación del papa Francisco de tender «puentes al diálogo».

Posición que da la oportunidad a que dirigentes de la oposición como Capriles Radonski tenga expresiones de burla y desprecio hacia la propuesta del Sumo Pontífice, o que la señora Lilian Tintori manifieste que la posición de Francisco es inaceptable…

De igual manera está la reacción en la Argentina gobernada por el neoliberal Mauricio Macri, mostrándose de acuerdo -al igual que los obispos argentinos- con una decisión del Tribunal Supremo, mediante la cual a los represores de la dictadura militar, condenados a largas sentencias por delitos de lesa humanidad, se les reduce la pena mediante la aplicación del 2×1, objetado por Francisco desde el Vaticano y por el pueblo, así como por organizaciones de derechos humanos como Madres y Abuelas de Plaza de Mayo…

También es interesante la siguiente observación: mientras el papa Francisco, que pertenece a la congregación de los jesuitas, mantiene un posición progresista y es partidario a fondo del diálogo, dos connotados jesuitas en Venezuela, los padres Ugalde y Virtuoso (rector de la Universidad Católica Andrés Bello), descalifican el diálogo, secundan las críticas a esta iniciativa y apoyan las posiciones más duras de la oposición contra el gobierno de Maduro, incluyendo las que plantean su derrocamiento…

Es evidente la reacción de rechazo y molestia de amplios sectores de la comunidad nacional con motivo de las diarias convocatorias que la MUD realiza para manifestar, y por el carácter violento de tales acciones. La ciudadanía ya no se traga el cuento de que se trata de actos pacíficos. Las mismas son cada día más violentas y ya existe en el pueblo el convencimiento de que la dirección de esa actividad de calle está en manos de los radicales, así como de un elemento que ha surgido a medida que se repiten las marchas: la aparición de personas ligadas al mundo de la delincuencia…

Por cierto, en el ambiente viral que se impuso en las movilizaciones y una dirección irresponsable se empeña en forzar a diario, ocurren hechos extraños. Algunos tienen que ver con el equipamiento de los sujetos que protagonizan las acciones más audaces y violentas, provistos de equipos costosos, máscaras, guantes, botas, capuchas y armas como carabinas, chopos, fusiles, pistolas. ¿Quién los financia y dónde guardan esos implementos? También el entrenamiento que demuestra quién lo imparte y en qué lugares. Hay otro hecho relevante que requiere una investigación seria: las muertes extrañas ocurridas últimamente: el asesinato de los jóvenes Juan Pablo Pernalete, Armando Cañizales y Miguel Castillo. La similitud de los crímenes, del procedimiento, de las armas empleadas y las características personales de las víctimas. Todo lo cual da pie a muchas conjeturas y obliga a que la investigación de los hechos se haga con rigor científico y con el ánimo de arribar a la verdad y a la determinación de responsabilidades…

Interrogante obvia: si el proceso constituyente convocado por Maduro, de acuerdo a la constitución bolivariana cuaja -como todo parece indicarlo-, ¿qué harán los líderes de la oposición después de declarar que la convocatoria es inconstitucional y negarse a aceptarla? Su liderazgo está ante una tremenda disyuntiva: o participa y tiene que tragarse el rechazo expresado, o se abstiene y le pasa lo que le sucedió en el 2005, quedarse sin representación. El dilema es el de siempre, ¡o corren o se encaraman!..

Tom Shannon, del Departamento de Estado de EEUU, le dijo a un líder opositor que lo visitó recientemente: «El problema es de ustedes y lo resuelven ustedes. No se hagan otras ilusiones»…

Ante el fracaso de la primera fase del plan golpista de calle para derrocar a Maduro, viene otra etapa, el foquismo, más agresiva, y se prepara otra para rematar: atentados contra personalidades para crear el caos. ¡Mosca!

 

Diálogo constituyente de salud

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Escrito por Rodolfo Carballo*

Ante el juego trancado en la disputa por arriba entre poderes, la convocatoria a Asamblea Constituyente realizada por el poder ejecutivo, abre una ventana de oportunidad para que se imponga la paz y para que los representantes de los modelos antagónicos de país tengan un escenario político democrático para dirimir las diferencias. En la creciente confrontación entre el gobierno y la oposición por el bloqueo institucional entre los poderes del Estado,  la controversia principal pareciera estar, como siempre lo estuvo, en la relación de las partes en disputa con respecto a la Constitución Bolivariana, que todos dicen respetar. Mientras la oposición, montada en un andamiaje internacional para el desconocimiento al gobierno constitucional y un aceitado montaje mediático de discurso único de que la dictadura está masacrando al pueblo, nuevamente impulsa una ola de protestas violentas en las calles apelando a fuerzas mercenarias que nos pudieran poner ante el abismo de una guerra civil. El chavismo responde convocando al poder constituyente, poniendo a prueba el apego de las partes en disputa a la carta magna, para que sea el pueblo originario el que resuelva por abajo, lo que el poder constituido no ha podido resolver por arriba. El gobierno revolucionario apuesta a desatar los poderes creadores del pueblo para radicalizar y avanzar en el proyecto socialista bolivariano. Lo que arrancó con la convocatoria realizada por el presidente Nicolás Maduro el 1 de mayo como una fresca brisa en un oscuro horizonte de confrontación entre venezolanos, debe convertirse en un huracán patriótico en manos del pueblo constituyente original. Ante tamaño desafío, el pueblo y los colectivos sociales deben estar haciendo síntesis sobre los procesos sociales y populares construidos desde el año 1999 a la luz de la constitución bolivariana originaria, para que con nuevos paradigmas construidos con avances logrados en estos años y trazar nuevos horizontes revolucionarios en la patria de Bolívar y Chávez.  

Por nuestra parte nos enfocaremos en los temas de salud, tratando no perder el horizonte de la complejidad de la realidad, la integralidad, el pensamiento holístico, para tratar de ser coherentes con el pensamiento y el accionar del comandante Chávez que siempre se orientó a romper las ataduras de la racionalidad científica moderna, aquel análisis positivista que establece jerarquías en los conceptos que permiten caracterizar los fenómenos sociales de acuerdo a la voluntad del poder hegemónico. Chávez contribuyó a romper la disciplina que impone el conocimiento especializado en cuanto a temas, programas, categorías y definición de roles y se refería a que “quiero insistir en una línea teórica: es necesario que nos armemos de la visión holística. El holismo es la visión integral. Hay que mirar la realidad completa, y asumirla como un todo”.

 Los caminos recorridos desde el año 1998 y los logros alcanzados en revolución, nos hacer percibir que hay nuevos paradigmas con que asumimos la salud, como el Buen Vivir, la vida saludable, el vivir en plenitud, la alimentación saludable y el concepto de salud colectiva es abarcativa a la educación, el ambiente, el trabajo, recreación, cultura, el hábitat. Es entender la salud no como una mercancía, sino como un derecho social, responsabilidad del estado y que plantea la determinación social de la salud como enfoque que rompe con el modelo curativo, hospitalario, médico hegemónico heredado de la IV república. El Plan Nacional de Salud, por ser integral, interdisciplinario, holístico, que involucra todos los aspectos de la vida humana en sociedad, del  ambiente, de la ecología social, que lo atraviesa en todos los niveles, ya sea los objetivos históricos, las propuestas sectoriales y regionales del Plan de la Patria, y a su vez desarrolla los lineamientos de salud con una evaluación técnica profunda y también los aspectos políticos, filosóficos, ideológicos del modelo de salud.

Con la revolución bolivariana se produce un viraje a la salud integral cuyos ejes rectores son la inclusión social, la salud como derecho individual y colectivo y como una obligación del estado en garantizar la equidad, accesibilidad, calidad y humanización de la atención médica a toda la población. Con Barrio Adentro se comienza a diseñar una red de salud como una estrategia para la construcción del Sistema Público Nacional de Salud. El plan se fue construyendo sobre un nuevo modelo concebido por el presidente Hugo Chávez, la Misión Barrio Adentro y otras misiones de salud, que han modelado la red de salud con una nueva concepción. Barrio Adentro, plantea una manera distinta la relación del Estado con la ciudadanía, asumiendo el Estado las garantías constitucionales de los derechos sociales en corresponsabilidad con el poder popular. La política del gobierno Bolivariano plantea que la misiones sociales son políticas para la transformación radical de la sociedad, no solo para “acercar” la política al pueblo, sino “entregarle todo el poder al pueblo”, para construir el poder comunal. Aquella concepción de “participación ciudadana” ante la descentralización neoliberal o como mero receptor de las políticas del Estado benefactor, puede aplicarse a una visión reformista de las políticas sanitarias, pero que no garantizan los cambios revolucionarios planteados con el proyecto del socialismo del siglo XXI, promovidos por los países del Alba. 

                     Mirada crítica a la constitución del año 1999

 La constitución bolivariana en sus atr. 83, 84 y 85 consagran la salud como un derecho social fundamental, obligación del Estado, que lo garantizará como parte del derecho a la vida. El Estado promoverá y desarrollará políticas orientadas a elevar la calidad de vida, el bienestar colectivo y el acceso a los servicios. Todas las personas tienen derecho a la protección de la salud, así como el deber de participar activamente en su promoción y defensa, y el de cumplir con las medidas sanitarias y de saneamiento que establezca la ley, de conformidad con los tratados y convenios internacionales suscritos y ratificados por la República.

Artículo 84. Para garantizar el derecho a la salud, el Estado creará, ejercerá la rectoría y gestionará un sistema público nacional de salud, de carácter intersectorial, descentralizado y participativo, integrado al sistema de seguridad social, regido por los principios de gratuidad, universalidad, integralidad, equidad, integración social y solidaridad. El sistema público de salud dará prioridad a la promoción de la salud y a la prevención de las enfermedades, garantizando tratamiento oportuno y rehabilitación de calidad. Los bienes y servicios públicos de salud son propiedad del Estado y no podrán ser privatizados. La comunidad organizada tiene el derecho y el deber de participar en la toma de decisiones sobre la planificación, ejecución y control de la política específica en las instituciones públicas de salud.

Artículo 85. El financiamiento del sistema público de salud es obligación del Estado, que integrará los recursos fiscales, las cotizaciones obligatorias de la seguridad social y cualquier otra fuente de financiamiento que determine la ley. El Estado garantizará un presupuesto para la salud que permita cumplir con los objetivos de la política sanitaria. En coordinación con las universidades y los centros de investigación, se promoverá y desarrollará una política nacional deformación de profesionales, técnicos y técnicas y una industria nacional de producción de insumos para la salud. El Estado regulará las instituciones públicas y privadas de salud.

Cuando comienza a desplegarse la Misión Barrio Adentro se estaba sembrado un nuevo modelo de salud antagónico al del lucro con la enfermedad, el modelo capitalista de salud. La conceptualización de este modelo en construcción, en la nueva etapa constituyente, debería precisar más claramente su horizonte, ya sea como el de medicina social, medicina socialista o socialización de la salud y la misión Barrio Adentro, siendo un producto histórico venezolano y una referencia obligada a la hora de buscar innovaciones sociales para mejorar el acceso a los servicios en gran escala y corto plazo por medio de la APS(atención primaria de salud). Barrio Adentro es la concreción de la atención primaria como prioridad para dar respuestas a las necesidades sociales de la población, especialmente la excluida, bajo los principios de equidad, universalidad, accesibilidad, gratuidad, transectorialidad, pertenencia cultural, participación, justicia y corresponsabilidad social, contribuyendo así a mejorar la calidad de salud y vida. En este sentido, las misiones sociales y en particular las misiones de salud, debían ser la expresión concreta de lo nuevo a construir, por fuera de la institucionalidad formal, transformando el Estado de misiones sociales en misiones socialistas. Las misiones sociales tienen entre sus rasgos esenciales, el carácter extrainstitucional, prefigurando un nuevo estado no burocrático, aunque promueve la corresponsabilidad interinstitucional de los distintos estamentos del estado.

 Asimismo el modelo de medicina social promueve los derechos humanos integrales, ciudadanía para la vida en colectivo, el desarrollo endógeno y una profunda transformación cultural, creando nuevos valores en la sociedad como la solidaridad y cooperación en la comunidad. La salud como derecho humano, en revolución, se fortalece garantizando de manera integral los derechos de los trabajadores, de las mujeres, de la sexo diversidad, de los indígenas, de los afrodescendientes, de los discapacitados, de la niñez y adolescencia, de los adultos mayores, que teniendo sus propias reivindicaciones y aspiraciones sociales, en la salud colectiva e individual aspiramos a encontrarnos con el objetivo común del Buen Vivir. La cultura, la educación liberadora, el deporte, la recreación, el tiempo libre y ocio creador son componentes imprescindibles del Buen Vivir que nos hará más felices y humanamente gratificados en la construcción del socialismo bolivariano. 

 El Art. 84 requeriría una seria revisión conceptual cuando se refiere al carácter descentralizado del Sistema Publico Nacional de Salud, concepto éste heredado del modelo neoliberal que ha permitido la perpetuación de subsistemas estatales, municipales a través de Fundaciones y Corporaciones de salud, como asimismo validar la fragmentación de los sistemas de la seguridad social. La rectoría única de la salud es una  deuda a saldar y a pesar de la existencia del mandato constitucional, se requiere instrumentos regulatorios para fortalecer la nueva institucionalidad en salud que se ha iniciado con Barrio Adentro.  Persisten en el sistema público, subsistemas como el de la seguridad social (IVSS) y el IPASME (ministerio de educación), subsistemas municipales y la herencia de los entes descentralizados. De persistir la multiplicidad de los sistemas de salud que compiten entre sí, Barrio Adentro, lejos de hegemonizar el modelo, pudiera convertirse en una instancia más que sume a la fragmentación.  Al referirse a Ley de Salud nunca aprobada, el presidente Hugo Chávez  afirmaba “Bien, entonces en la ley eso está establecido, se acaba la descentralización  de la salud y se centraliza en un solo Sistema Nacional Público de Salud. Se acaba también todo esto de la dualidad, el Ministerio por un lado, el Instituto de Seguro Social por otro lado, el IPASME (Instituto de Previsión y Asistencia Social para el Personal del Ministerio de Educación) por otro lado. No, no, eso tiene que acabarse. Esa es una de las causas del desastre del servicio… Bueno, acabaron, lo poco que había lo partieron en pedazos, esto es imprescindible para poder articular un gran sólido, eficiente… eficiente en lo científico y eficiente en lo social. Exacto, en la sensibilidad social. Presidente Hugo Chávez. Reunión con médicos y médicas de la I Promoción de Especialistas en Medicina General Integral. Salón Ayacucho, Palacio de Miraflores, Caracas. 24/04/2007.

Por ello, el centro del debate constituyente debería ser revertir la descentralización, crear el Sistema Único de Salud, eliminar las Fundaciones y Corporaciones de Salud, incrementando la eficiencia revolucionaria de la gestión: integración institucional al Ministerio del Poder Popular para la Salud. La rectoría única por parte del MPPS, con mando único, a nivel nacional, autoridad única en cada estado, directores estadales de salud designados por el ente rector con perfil técnico, político y ético socialista, con colectivos de dirección a todos los niveles para garantizar la participación del poder popular comunitario y de los trabajadores de la salud a través de los consejos de los trabajadores, La planificación local, contraloría social y la gestión social son la clave en la construcción del Sistema Nacional de Salud Publica y la participación y protagonismo del poder popular su garantía para su ejecución en términos de esa eficiencia política y calidad revolucionaria necesaria. En resumen debemos ser categóricos en que centralidad del debate y del accionar de la etapa está en la construcción del Sistema Público Nacional de Salud bajo control del poder popular que unifique y asuma la rectoría la salud del país y al mismo tiempo, la imperiosa necesidad de humanizar la atención médica y de los servicios de salud.

A partir de reconocer el nuevo modelo centralizado y con la rectoría única del MPPsalud, se debería identificar el despliegue operativo de la red como el nuevo diseño territorial a partir de los ASIC (áreas de salud integral comunitaria), concebida de acuerdo al Plan Nacional de Salud  “como la unidad básica organizativa y operativa de la estrategia de construcción y de gestión del SPNS en el marco de un nuevo modelo de organización como es la Red Integrada de Salud”. Esta concepción geoestratégica territorial se aproxima más a los territorios comunales, tomando distancia de los municipios sanitarios heredados de la distribución territorial electoral, que nada tienen que ver que la nueva red derivada de Barrio Adentro. Por ello se debería reconocer a las ASIC y Redes de Salud como ejes de la nueva forma de organización y de gestión del sistema de salud y la creación de nuevas instancias de planificación y gestión, apoyadas en el protagonismo popular. Es reconocer la auto-organización del pueblo, autónomo respecto al estado, e independiente respecto a los partidos políticos, que asume un rol propio en todos los momentos (diseño de políticas, ejecución, evaluación, seguimiento y control-contraloría social) y a todos los niveles (micro local en la Red Primaria, local en las ASIC, municipal, estadal y nacional) de la relación estado-sociedad, en la perspectiva de construir una nueva sociedad, sin relaciones de poder, ni relaciones de explotación, ni relaciones de dominación.

La rectoría única implica también definir claramente la relación del Estado con la medicina privada, que ha de reconocerse en la medida que esta última se subordine a esa rectoría, con sus normas, regulaciones y aceptando que el carecer privado no lo deslinda de las políticas de protección social. El proyecto de salud socialista no niega la existencia de la medicina privada, lo que no debe transigir es en aceptar que la salud pueda estar regida por las leyes del mercado El Estado debe deslastrarse el perverso sistema de financiamiento con los fondos públicos al sector privado a través de los HCM (cobertura de hospitalización, cirugía y maternidad) y los seguros auto-administrados del Estado. Los trabajadores del Estado tienen una inmensa responsabilidad y oportunidad en este proceso constituyente, de discutir la estafa reconocida de la medicina privada a través de los HCM, para volcar esos inmensos recursos, superiores al presupuesto de salud, al Sistema Público y así desprivatizar progresivamente la salud pública. De esta manera se podrá fortalecer la red pública, enfrentar la mercantilización y la deshumanización de la atención, garantizar la equidad y la universalidad de los servicios públicos. La contraloría social, la rendición publica de cuentas en todas las instancias del sistema, deben crear garantías y mecanismos en la lucha frontal contra el burocratismo y la corrupción.

Otro tema que debería estar reflejado de manera explícita, es la responsabilidad del estado a través de sus universidades y centros de formación del talento humano de salud, acorde al modelo integral, en cantidad y calidad suficiente para garantizar la preservación del Sistema Público Nacional de Salud. La garantía de éxito a futuro de la misión Barrio Adentro, del Sistema Nacional Público de Salud, está condicionada a la formación de los recursos humanos de nuevo tipo, cuadros sanitarios de la medicina social, capaces no solo de interpretar la realidad del pueblo venezolano, sino principalmente, ser líderes de la transformación socialista de la patria. La despiadada campaña de la Corporación Médica y las autoridades de las universidades llamadas “autónomas” contra los Médicos Integrales Comunitarios y los Médicos Generales Integrales, requiere un fuerte blindaje constitucional y la garantía de su formación continua, de calidad, y su reconocimiento como trabajador de la salud, al igual que el resto de los integrantes del equipo de salud, enfermeras, bioanalistas, odontólogos, técnicos. El sistema único deberá tender a una nómina única centralizada que organice el talento humano en todos los órganos y entes públicos prestadores de servicios de atención médica en el sector público y contrato único para todo los trabajadores y trabajadoras el sector salud, dignificando sus condiciones laborales, ratificando una nueva ética como servidores públicos.

Por último, sin que eso signifique que no haya otras visiones y propuestas, está la necesidad imperiosa de romper con  la dependencia con el “complejo médico industrial” relacionado a insumos médicos, tecnología y los laboratorios de medicamentos. Se debe priorizar la investigación científica nacional de acuerdo a nuestras prioridades, la industria médica autónoma y la formación de talentos en recursos humanos que son la clave para la independencia y soberanía en salud. Priorizar una política nacional de producción y distribución de insumos, en cuanto a material médico-quirúrgico y medicamentos genéricos. El Estado debe promover y consolidar la creación y funcionamiento eficaz y eficiente de empresas de producción social para su elaboración, distribución e intercambio asegurando el protagonismo popular para enfrentar la guerra económica. En palabras del comandante presidente Hugo Chávez “(…) Esto tiene implicaciones internacionales, incluso, intereses transnacionales, la mejor relación costo-beneficio. Ese es uno de los principales problemas: el capitalismo médico, que tiene, repito, implicaciones internacionales, el complejo médico farmacéutico transnacional monopólico, hegemónico, explotador, insensible y capitalista; “segundo: el modelo de gestión del capitalismo médico; tercero: el modelo de desarticulación y fragmentación del neoliberalismo, y cuarto: la tecnología y dotación obsoleta hospitalaria y poco pertinente, consecuencia del modelo neoliberal de privatizaciones”. Presidente Hugo Chávez. Aló Presidente / Nº 232. Hospital Militar Dr. Carlos Arvelo, Caracas. 28/08/2005.

Quiero aclarar que muchas de estas opiniones han sido tomadas de los documentos del Congreso de la Patria de Salud y del trabajo de investigación presentado por este autor al Instituto de Altos Estudios del Pensamiento del Comandante Supremo Hugo Chávez Frías, Misión Barrio Adentro: creación heroica, donde se detallan las referencias bibliográficas.   

* Médico coordinador regional de salud respiratoria. Edo. Sucre.

rodolfocarballo@hotmail.com

 

Alí Rodríguez Araque: “La Constituyente es la única salida

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tomado de http://www.cubadebate.cu

El Embajador de Venezuela en Cuba, Alí Rodríguez Araque, asegura que hoy su país está viviendo un “peligroso aumento de la intensidad de la acción opositora”. La oligarquía pretende un desenlace ya: “Quieren sacar al Presidente Nicolás Maduro de Miraflores, pero la pregunta es cuál sería la opción alternativa, dado el caso hipotético de que lo lograran”.

La conversación tiene lugar en La Habana sobre los feroces ataques internos y externos a la convocatoria para la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), donde coinciden grupos de poder en Estados Unidos, gobiernos aliados, los grandes medios de comunicación internacionales y la derecha venezolana.

Para Alí Rodríguez, uno de los intelectuales y dirigentes políticos más reconocidos de Venezuela, la decisión de Maduro de convocar la Constituye ante es no solo la mejor, sino la única propuesta política para quebrar el plan golpista y garantizar la paz en el país, y la estabilidad regional.

“¿Quiénes son en realidad los que mueven los hilos de esta situación?”, se pregunta Alí. “La oposición venezolano, como sabemos, no es autónoma.  Detrás está el Departamento de Estado de los Estados Unidos, que lleva al día la información del sistema financiero, de los procesos económicos venezolanos, de sus fuentes de inteligencia que son redes muy poderosas”.

La estrategia ha sido, y es, justificar la intervención “humanitaria”. Después de lo que fue la cruda experiencia de Corea o de Vietnam, “Estados Unido no manda a sus chicos a derramar su sangre. Utilizan a mercenarios bien pagados, como ha ocurrido en Iraq, Afganistán, en Siria. Vietnam les dejó una herida muy dolorosa en el recuerdo”, asegura.

Han trabajado duro a través de la OEA con el payaso de Almagro, con magros resultados, dice el Embajador. “Y no han podido ni siquiera movilizar a la OEA contra Venezuela. Hay organismos más vivos en América Latina que la OEA, y lo saben.”

América Latina y el Caribe no aceptarían la intervención

Se está aplicando el método que emplearon contra el gobierno de Salvador Allende, en Chile.  Por una parte graves presiones económicas, manifestaciones de paramilitarismo, apoyo exterior. ¿Para qué tiene Estados Unidos siete bases militares en Colombia, otra en Curazao y en Cuba? ¿Contra quién es eso?, se pregunta Rodríguez, quien ocupara varios puestos ministeriales durante la Presidencia de Hugo Chávez.

Pero esta opción podría ser muy peligrosa para el Imperio y la oligarquía venezolana. “Atizar una guerra en Venezuela se convertiría en una chispa que incendiaría toda la pradera, parafraseado el famoso artículo de Mao. Es imposible que una situación de esta naturaleza no tenga un efecto inmediato en toda la región.”

¿Quiere decir que no lo van a hacer? “No sería la primera vez que un Imperio comete locuras. Nadie puede descartar que emprendan intervenciones más significativas, indirectamente y hasta directamente”, añade.

En Estados Unidos ya existe una ley, emitida por el Presidente Barack Obama, que define a Venezuela como una amenaza para Estados Unidos.  Ese país podría aventurarse a realizar una “acción preventiva”, a la cual es muy aficionado, supuestamente  para asegurar la paz. Ya lo han hecho contra Libia, Iraq y en días recientes contra Siria, recuerda.

Entonces, ¿cómo encarar el problema? “La primera condición es que se mantenga el espíritu combativo del pueblo y que el gobierno bolivariano siga conduciendo esta situación con la sabiduría que ha demostrado. No se puede mantener permanentemente al pueblo movilizado, pero sí en estado de alerta, como en aquella vieja consigna: ‘Alerta, alerta, alerta que camina la espada de Bolívar por América Latina…’ Aquí el alerta es imprescindible para defender los conquistas de nuestro pueblo y, también, porque en Venezuela no solo se defiende el destino de un país sino de toda la región.”

Una intervención en Venezuela o una contienda civil provocaría una guerra prolongada y extendida para la región, asegura. “Los pueblos de América Latina y el Caribe no se quedarán como simples observadores de una tragedia como esa. No tengo dudas de que muchos se  convertirían en actores de primera línea.”

La oposición está casada con el Imperio

La oposición venezolana está casada con intereses imperiales y no se puede ignorar que en estos años se creó un sector espeso de la clase media que piensa como burgueses y se han aliado a los sectores más reaccionarios. Pero en medio de este torbellino –asegura Alí Rodríguez-, “la Revolución debe buscar una salida pacífica, que conjure el peligro de un vasto derramamiento de sangre”.

De ahí surge de idea de la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente, donde estén representados todos los sectores, que tenga poderes plenipotenciarios, que redacte una nueva Constitución, si así lo decide, o ponga en suspenso los poderes de la República con una convocatoria a elecciones. Podría ser la base para un Estado plenamente democrático.

Podría  ser la resultante, dice, de un vastísimo desarrollo de los consejos comunales y de las comunas, única forma de convertir en un hecho irreversible el protagonismo del pueblo en la conformación y las decisiones de un Estado verdaderamente democrático, no por simple definición política, sino por la participación del pueblo en la elaboración, ejecución y control de las políticas.

 ¿Qué mejor oportunidad para la oposición?

Si esta es una “dictadura”, ¿qué mejor oportunidad para salir de ella que una elección directa, universal y secreta? “Sin embargo, se oponen. La actitud de la oposición me recuerda una vieja canción que dice: ‘tú lo que quieres es que me coma el tigre, que me coma tigre, mi carne morena…’”

El otro problema, admite el Embajador, es que estas actitudes han propiciado brotes significativos de fascismo, única forma de gobierno en el caso de que se instituya el poder a través de la violencia. La alternativa a la Revolución bolivariana es el terror del Estado.

“Me parece que la Constituyente es la única salida. Eso no se resuelve en conversaciones solo con los líderes opositores, que ya se agotaron. Se llegó a un punto tal de tensión económica, social, política, anímica, que necesitaba esta válvula de escape, mediante una formula democrática, participativa, que es lo que ofrece Maduro.”

¿Qué otra cosa se puede hacer que sea verdaderamente democrática?, añade. “Repasemos lo que propone la oposición: su único objetivo es la salida de Maduro. Supongamos que se da ese escenario, ¿y? ¿Quién asume el liderazgo del país? Tendría que ser una persona designada. ¿Acaso uno de ellos? Tendría la inmediata oposición de los otros, porque la vida interna de la oposición es un enjambre de hormigas furiosas.”

¿Un independiente? “De verdad que sería digno de compasión, porque terminaría con cada cual halándole la camisa, de un lado del o del otro… Y además no podría ese señor encaramarse en la silla presidencial sin el aval de EEUU.  ¿Y qué harían las Fuerzas Armadas? ¿Qué haría el pueblo? Cualquier acomodo que se busque llevaría a un escenario sangriento, y la única vía que hay hacia la paz hoy es la Asamblea Constituyente. Que sea el pueblo el que decida.”

Somos éstos

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Por Sandra Russo  tomado de Página 12

Volvamos a hablar de batalla cultural, aunque ellos nos quieran hacer hablar de lo que inventan todos los días. Ellos son los funcionarios, los jueces, los periodistas que sostienen a Macri. Volvamos a hablar de lo que estamos seguros, de lo que sabemos qué es, de lo que nos importa, de lo que amamos. Y amamos, con obstinación, con rabia, con ternura, con pasión, que los miles y miles de afrentados hasta el límite que puede soportar la condición humana, las madres, las abuelas, los familiares, los hijos, jamás hayan pedido ni buscado revancha ni venganza. Amamos ese surco que dejó abierto el genocidio porque sólo por ese surco de amor se podía evitar que la historia argentina repitiera su cíclico encantamiento con la muerte.

El enorme error político que cometió el gobierno acelerando a la Corte que él mismo diseñó, nos dio la oportunidad de enfrentarnos de pronto, vertiginosamente, con ese capítulo de la batalla cultural que está ganada. Y está ganada no por el kirchnerismo, no por Cristina, no por los últimos tres gobiernos, que fueron los primeros de la democracia en llevar adelante políticas de Estado para juzgar en el marco del Estado de Derecho a los responsable del genocidio.

Está ganada porque la sociedad argentina supo, gracias a los juicios por delitos de lesa humanidad, y supo en la letra fría, precisa y detallada de los expedientes, que estos delincuentes a los que tres jueces pretenden aplicar esta reducción de pena caprichosa y absurda, cargan sobre sus hombros y su conciencia algunos de los crímenes más aberrantes de los que se enteró la humanidad. Que han torturado niños delante de sus padres. Que han metido picana en la vagina de prisioneras, que han adormecido a miles para tirarlos vivos al río y al mar, que han cavado enormes fosas en las que tiraron cadáveres sin nombre, que robaron bebés y después mataron a sus madres. De eso estamos hablando y eso lo que los juicios probaron y a eso de deben las condenas y por eso esos delitos son de lesa humanidad. Porque han sido tan execrables que el solo relato pormenorizado de cualquiera de las miles y miles de historias documentadas ofenden la dignidad humana de quien quiera que las oiga, porque es imposible escucharlas sin experimentar el horror en los poros.

“Desaparecieron los que tenían que desaparecer”, decía una de las señoras que concurrió a la marcha macrista del 1 de abril, a la que fue Cecilia Pando. El macrismo ha incorporado siempre a gente vinculada con la represión, Lopérfido empezó esta ola con su negacionismo, le siguió Macri diciendo que los derechos humanos eran “un curro”, le pusieron su toque los legisladores del PRO posando el 24 con pancartas que decían “Basta de  negocios con los derechos humanos”, vino el fallo de la Corte Suprema, siguió el Secretario de Derechos Humanos Avruj diciendo que había que acatar el fallo de la Corte, en fin, todos sabemos que es mentira que el PRO no haya estado de acuerdo. Y todos advertirmos que una vez más, el PRO ha chocado contra la realidad que niega.

Sin embargo, esta vez fue demasiado lejos. El “si pasa, pasa” se internó en la revulsión colectiva que se manifestó sin grieta, compacta, segura, identitaria: hay muchos argentinos que pueden llegar a creer que no son capaces de fabricar una silla como la gente, pero es muy diferente a obligarlos a creer que son personas dispuestas a defender a hombres que cometieron atrocidades inenarrables y jamás se arrepintieron, y todavía hoy retienen información para que aquellos muertos tengan su tumba.

Ayer fue un buen día para ser argentino. Después de tanto dolor, de tanta injusticia y tanta violencia institucional desatada en los últimos meses, esos pañuelos en cientos de miles de cabezas fueron un manifiesto sobre la identidad que no sólo les fue robada a quinientos bebés hace cuarenta años. Nos fue robada nuestra identidad como pueblo. Y ayer dijimos no te confundas, Macri, que somos éstos.

El ejemplo de Venezuela para el mundo

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Por: Mario Sanoja Obediente / Iraida Vargas Arenas tomado de aporrea.org

La presente ofensiva mediática, económica y política que lanzada contra Venezuela indica que la derecha nacional e internacional, y particularmente la atrabiliaria burguesía comercial, están realmente preocupadas por la consolidación de los cambios sociopolíticos y culturales que ha generado y sigue generando la Revolución Bolivariana en Venezuela. El chavismo es una ideología transformadora que busca crear un modo de vida comunal basado en la socialización de los medios de producción y de las relaciones de producción. Uno de los objetivos esenciales del mismo es la creación de una sociedad organizada en redes transversales de acción y poder político, social y económico bajo la dirección del poder popular, es decir, el poder originario constituyente, que por mandato constitucional reside en el pueblo.

La definición anterior no es una propuesta teórica, es una realidad concreta que se ha puesto de manifiesto como consecuencia de los perversos ataques que las bandas terroristas, financiadas por la llamada Mesa de la Unidad, dirigen hacia la sociedad venezolana, antichavistas incluidos. La profundidad de los cambios ocurridos en la sociedad venezolana refleja que ni siquiera una intervención militar externa, como es el caso de Siria e Irak. podría garantizarle a la derecha el disfrute de un triunfo fácil.

La intentona nihilista de la derecha terrorista, apoyada por la OEA, intenta asaltar el poder mediante la destrucción sistemática de la estructura material del Estado revolucionario utilizando, al igual que los nazis, el fuego como principio esotérico purificador de la vida. La acción de quemar cosas, bibliotecas, hospitales, universidades, centros de salud, archivos, autobuses, automóviles, cisternas plenas de gasolina, la utilización de bombas molotov para quemar a policías y guardias nacionales, el linchamiento y el asesinato de aquellas personas que no piensan como los terroristas de la MUD, la utilización sistemática de la mentira mediática como arma de propaganda, nos recuerdan crudamente el surgimiento del nazi-fascismo en Alemania en 1933. De manera similar, la utilización de bandas de «malandros» y de paramilitares colombianos pagados por la derecha venezolana para actuar como tropas de choque, nos recuerdan las bandas de vulgares asesinos y bravucones que el nazismo organizó como tropas de choque o «sturm abtailung», las SA, para aporrear y atemorizar a los enemigos del fascismo. Una vez que Hitler se apoderó del poder en Alemania, tuvo que liquidar físicamente a las bandas de SA que se habían tornado un peligro mortal para la vida del Estado fascista, utilizando para tal fin las nacientes SS (Shutz Staffel), tropas de asalto fuertemente disciplinadas e ideologizadas bajo el control militar de la Wermacht, el ejército nazi.

Aunque existen focos de terror fascista dispersos en otras partes del país, el foco principal y más virulento del terrorismo de derecha se encuentra en los barrios de clase media alta del este de Caracas, foco de terror fascista confinado mayormente en un territorio de aproximadamente 12 kilómetros cuadrados, el Municipio Chacao, especie de gran plateau mediático, bajo la protección del sturmfuhrer Ramón Muchacho, alcalde del municipio. Para elaborar las mentiras mediáticas, el terrorismo utiliza las calles del municipio como un gran escenario para construir su historia virtual sobre un supuesto movimiento de protesta pacífica, apoyado en decenas de camarógrafos y fotógrafos que construyen la versión mediática de aquella para exportación internacional. Un video mostrado en la televisión pública, tomado quizás por un camarógrafo infiltrado, muestra a la inefable esposa de Leopoldo López, Lilian Tintori con el rostro cubierto con una máscara antigás sosteniendo en sus brazos a un joven, supuestamente asfixiado por el gas lacrimógeno, utilizado por la fuerza pública. Tomada la escena como evidencia de la represión del Estado, la señora Tintori se despoja de su máscara y la coloca sobre la del joven a quien dirige miradas de ternura. Al oirse la voz de ¡corten!, finaliza la escena, el joven se levanta y la Tintori abandona la escena.

Todo lo anterior nos recuerda el tema de la extraordinaria película Wag the Dog, dirigida por Barry Levinson. Para ocultar el hecho que un Presidente de los Estados Unidos había tenido relaciones sexuales ilícitas con una jóven en la Casa Blanca, la CIA contrató a un cineasta para que realizara un cortometraje donde se inventaba una falsa guerra transmitida por TV que tenía lugar en Albania, remoto país que nadie conocía en USA, con la participación de falsos «marines» que finalmente ganaban dicha guerra. Esta mentira mediática tuvo éxito en ocultar el desafuero cometido por el Presidente poco antes de las elecciones presidenciales. Posteriormente, la CIA asesina al productor de la falsa noticia para evitar que éste pueda vanagloriarse de su éxito mediático y desvelar el carácter falso de la supuesta guerra. En el caso real de Venezuela, los terroristas mediáticos han logrado también la complicidad de personas como la Fiscal General de la República, de un famoso director de la Sinfónica Juvenil y de una manada de falsos chavistas que diaria y consuetudinariamente aporrean la verdad y la honestidad del pueblo venezolano.

Toda esa milmilonaria (en US$) ofensiva mediática trata igualmente de tender una cortina de humo sobre la realidad democrática y de justicia social que la Revolución Bolivariana está construyendo en Venezuela, a pesar de la guerra abierta que hace el «gobierno profundo» de los Estados Unidos. La respuesta revolucionaria a esa guerra de quinto nivel ha puesto de relieve el grado de organización popular social, político y económico que ha logrado crear la Revolución, defendido y consolidado gracias a la existencia del sistema cívico-militar apuntalado por la Fuerza Armada Bolivariana y las Milicias Populares. Por ahora, la fuerza de esa organización popular solo ha mostrado sus colmillos. La derecha terrorista la teme porque sabe que sin un apoyo militar efectivo, su conspiración mediática y su violencia callejera no tienen vida. Cada día que pasa sin lograr nada concreto les va restando el apoyo de las y los venezolanos de derecha, particularmente los de la mafia de comerciantes que ya ha invertido alrededor de 100.000 millones de bolívares para financiar un movimiento subversivo que -piensan- los llevará de nuevo a capturar el poder y al control de la renta petrolera venezolana.

Países como Colombia, México, Argentina y Brasil, inclusive Estados Unidos, España, Francia e Inglaterra, entre otros, que enfrentan graves problemas sociales y políticos a su interior, quisieran ver desaparecer el mal ejemplo de la Revolución Bolivariana.

Por estas razones apoyamos la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente en Venezuela. Después de aprobada por el pueblo la Constitución de 1999, la Revolución Bolivariana ha desarrollado en lo concreto los fundamentos sociopolíticos, culturales y económicos del cambio histórico que Venezuela, y esta humanidad, necesitan para poder sobrevivir: Socialismo y Justicia Social. Esos fundamentos revolucionarios tienen necesariamente que ser constitucionalizados para plasmar en nuestra Carta Magna no solo el proyecto de una sociedad nueva, que ya existe desde 1999, sino su concreción que se ha ido elaborando durante 19 años.

La mafia de comerciantes está aterrorizada de ver que un nuevo sistema socialista de distribución y cambio de bienes y servicios, incluso de producción de alimentos, los CLAP, pueda desterrar sus monopolios de distribución y cambio de mercancías que le han servido para humillar y controlar políticamente al pueblo venezolano, y sea convertido en constitucional por la nueva Asamblea Constituyente, es decir, que no podría ser rechazado ni destruido, salvo por un hipotético golpe de estado militar.

Lo que está en juego en Venezuela y en la Asamblea Constituyente no es solo fundamental para nuestro pueblo, sino que es crucial para toda América Latina: Venezuela es un pueblo que hace realidad un modo de vida socialista donde es él, no el Estado, la verdadera vanguardia que lidera el proceso de cambio histórico hacia una sociedad nueva, socialista, democrática, protagónica y participativa.

 

EL ABC DE LA ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE: TODO LO UD. DEBE SABER

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tomado de http://www.laiguana.tv

1 Los tips
La Asamblea Nacional Constituyente es el último mecanismo de modificación constitucional previsto en la Carta Magna. En el caso de la Constitución de 1999 los tres mecanismos han sido activados, la enmienda, la reforma y ahora, la Asamblea Nacional Constituyente.

 

La Constitución es la norma suprema de la República Bolivariana de Venezuela. Su adopción y modificación son asuntos de estricto orden interno.

 

El objeto de una Constitucion, según la Sentencia de la Corte Suprema de Justicia que permitió convocar a la ANC 99 es “establecer un orden racional claro y estable que evite, en la medida de lo posible, la subversión, el golpe de Estado, las intrigas palaciegas, las agitaciones colectivas y los delitos políticos.”

 

La elección de los representantes a la ANC será universal, directa y secreta. Habrán representantes territoriales y sectoriales, de acuerdo a lo que dispongan las bases comiciales cuya consulta está prevista para el día lunes 8 de mayo de 2017, con los partidos de oposición. Los únicos representantes excluidos de este sistema electoral son los de los pueblos indígenas cuyas tradiciones se respetan en la materia.

 

El cómo, el quien y el para que quedaron constitucionalmente dispuestos en los artículos 347 y 348 de la Carta Magna.

 

En la historia contemporánea de Venezuela se recuerdan dos Asambleas Nacionales Constituyente, la de 1946 y la de 1999, a ambas se opuso la oligarquía y la jerarquía de la Iglesia Católica.

 

Un grupo importante de los políticos y juristas que hoy se oponen a la Constituyente de 2017, también lo hicieron de manera manifiesta a la de 1999.

 

2. El contexto

 

Para marzo del año en curso, antes incluso que la Fiscal General de la República se pronunciara e interviniera el Consejo de Seguridad de la Nación, publique dos artículos en los cuales describía la situación que vivimos como un conflicto de Estado, en el cual, los valores más importantes de la República así como su estabilidad se encuentran sometidas a una de las situaciones más peligrosas que ha enfrentado en su historia.

 

La nota contextual para este texto mantiene lo allí afirmado. Estamos ante una crisis de Estado, que se generó el día 29 de julio de 2016 cuando el Poder Legislativo se declaró en rebeldía ante las órdenes del Poder Judicial.

 

Situación que no ha cambiado sino que se ha venido agudizando cuando desde el Legislativo no tan sólo no se ha acatado la orden de la justicia sino que se ha procedido a adoptar, bajo el nombre de acuerdos, los más inverosímiles pronunciamientos contra toda la institucionalidad venezolana, y, finalmente se ha tomado la iniciativa de actuar como un  gobierno paralelo que, con cierta aceptación extranjera, solicita se retiren los contratos o se intervenga política y militarmente, en el país.

 

Con ello como marco general, se han venido produciendo una serie de actos hipotéticamente enmarcados como protestas. Se aclara, todas aquellas concentraciones de calle, móviles o inmóviles, para denunciar o exigir, mientras hayan cumplido las normas que las rigen, no son objeto de este análisis sino todos los actos ilegales, incluso terroristas, que las han acompañado.

 

Nos referimos a actos prohibidos en tiempos de paz y de guerra, tales como los ataques a los centros de salud, los llamados a la guerra y a la insurgencia desde la radio o desde la Asamblea Nacional, la profanación de tumbas, el cierre de las vías públicas, la utilización de armas de fuego y objetos empleados como tal, así como finalmente, las amenazas genéricas e individualizadas, cumplidas o no, de matar y  destruir, desde las redes sociales.

 

El Estado no es el Poder Ejecutivo, el Estado es la suma indivisible de cinco funciones públicas llamadas internamente poderes. Estos, actúan juntos bajo un deber de coordinación en aras de lograr los fines supremos del país. A ellos, todos y todas estamos sometidos  tanto como estos están sometidos a la Constitución, norma a la cual, nadie puede resistirse.

 

Por ello, que nadie puede salir a acusar a Venezuela, desde un espacio público, como si de todos los asuntos fuera responsable el Presidente de la República. Por ejemplo, de la lucha contra la delincuencia y de las violaciones a derechos humanos, es principalmente responsable el Poder Ciudadano, en especial, en el órgano de la Fiscalía General de la República. Tal como lo recordó, en días recientes, el Ministro Aristóbulo Isturiz.

 

En ello, hay que observar por ejemplo como una de las reivindicaciones presuntas de las protestas era solicitar elecciones. Al respecto, ciertamente en Venezuela está retrasada la convocatoria a elecciones regionales, lo cual, es responsabilidad del Poder Electoral y debe hacerse, sin que por ello pueda derivarse de un supuesto real, una exigencia jurídicamente descabellada como la posibilidad de exigir unas elecciones presidenciales antes del lapso.

 

En este contexto, es donde tenemos que ver con detalle la diferencia que existe entre las causas y las excusas, puesto que cada manifestación se convoca en base a supuestos nuevos y no se comportan como una continuada actividad motivada en una sola, o un conjunto permanente, de causas. Siendo el mas patético de los ejemplos cómo ahora hay quienes directamente indican que no son las elecciones regionales lo que persiguen.

 

Pero esto ha sido históricamente lo que ha ocurrido cada tanto cuando la oposición decide que su vía es la calle. Lo realmente preocupante es como en el presente todas las actuaciones tienen una fuerza simbólica destinada a construir esa imagen de Venezuela como un pueblo extraño, desesperado, donde los ricos encarnan y toman las banderas mundiales de los desposeídos.

 

Esta es la situación peligrosa porque como bien lo explica Halimi antes de convencer a cualquier norteamericano o europeo promedio de tocar un país extranjero hay que hacerle sentir que el otro es un ser dotado de una maldad histórica cuya existencia no tan solo lesiona a un pueblo que queda del otro lado del mundo sino que ese mismo pueblo es una amenaza para ellos.

 

En Venezuela, se posa ante las tanquetas, se corre desnudo como en Hiroshima, de trenza el cabello como en Chiapas, se utilizan cascos blancos como en Siria. Se construye ese escenario donde se justifica una intervención militar y esto, es el aspecto que no cuentan quienes acusan tan vehemente que mantenerse en las filas del chavismo es algún tipo de ceguera.

 

No tan sólo esto tenemos que verlo en el escenario internacional donde se presentan demandas frente a cada organización internacional, o, donde se hacen crónicas en todos los telediarios sobre Caracas como si esta fuera la capital de todo el sistema solar sino en nuestra propia historia porque lo más cercano a ello que estuvimos en el siglo XX fue cuando el bloqueo naval cuando el Presidente Cipriano Castro fue, con las posibilidades de la época, tan expuesto y humillado como lo es hoy, Nicolás Maduro.

 

Por ende, es que el supuesto de hecho para llamar a una Constituyente está plenamente configurado puesto que los pueblos se dotan de una nueva Constitución cuando pretenden “establecer un orden racional claro y estable que evite, en la medida de  lo posible, la subversión, el golpe de Estado, las intrigas palaciegas, las agitaciones colectivas y los delitos políticos.”

 

Finalmente, la pregunta fundamental que todos los venezolanos hemos de plantearnos es cual sería, dentro de nuestro sistema político e histórico,  la otra respuesta posible cuando, incluso los más reservados de los análisis siguen determinando que existe dentro del pueblo de Venezuela una vocación de paz, una conformación política donde si bien existe una oposición numerosa que para algunos puede ser mayoritaria, conviven con millones de personas que apoyan un modelo y un gobierno bolivariano.

 

La propuesta de la Constituyente representa el triunfo dentro de las filas bolivarianas de la propuesta electoral y pacífica sobre cualquier forma de propuesta violenta. Ahora, es labor de todos los venezolanos que triunfe como escenario donde podremos medirnos, vernos las caras, determinar qué país queremos, como reconfigurar un escenario donde la delincuencia no solo es un factor que daña nuestra calidad de vida sino que sus principales actores no son ni siquiera mayores de edad, y, donde finalmente el problema económico angustia a nuestra población.

 

3. La Constituyente

 

La Asamblea Nacional Constituyente es el foro originario, como tal, es ante todo un espacio soberano. Pensarlo y hacerlo es descartar la posibilidad de influencia, directa o mediante presiones, que tienen sobre esta tierra libertadora, los intereses foráneos. Es también el momento donde se marcará el rumbo político del país, por ende, se confrontaran los dos modelos. Es el espacio donde conoceremos el tan callado proyecto político de la derecha que se agota a tan solo pedir la salida del Presidente sin proponer el plan, económico o social, para el momento después, así como, se mostrará, la versión actual del proyecto bolivariano con su desarrollo legal y practico de la noción de democracia participativa y protagónica, o, de justicia social.

 

Un escenario donde existan sectores que se excluyan sería una lamentable situación política porque demostraría que pretenden perpetuarse en un conflicto que ya tiene un saldo irreparable, en vidas, en horas de clase, en disminución del ya deficiente PIB, etc. Esto, sin pensar que significará para nosotros y para nuestros niños, dejar que Venezuela se convierta en Siria, en Libia, en Ucrania, en Sudan, o cualquier otro triste ejemplo.

 

Al respecto y esto es lo que se logra con llamar a participar de manera territorial y sectorial, la Constituyente será el espacio para que los grupos de personas que han venido solicitando interpretaciones o leyes que protejan sus derechos de manera expresa los exijan. Hablamos del tiempo de decidir que hacemos en Venezuela con el aborto, el matrimonio igualitario, la eutanasia, la protección ante la violencia digital, la discriminación por discapacidad. Esto por ser temas que cuentan en Venezuela con organizaciones no gubernamentales –por la derecha- y movimientos sociales –por la izquierda-, debidamente conformados y activos.

 

También es el tiempo de nuestras preguntas fundamentales en materia económica y social, como, que protección ha de brindarse a lo ya obtenido y que garantía se tiene de que las políticas se universalicen; cual es la política fiscal para promover la economía; como dividimos el ingreso que obtenemos de las divisas; como se castiga la delincuencia, y, que derechos tienen las víctimas.

 

Hay quienes quieren impulsar la idea que ir a la Constituyente es traicionar el legado del Comandante Chávez y debemos considerar al respecto, que Chávez propuso un país politizado, uno de vías democráticas, uno, irreductiblemente libre y soberano. Pretender que la situación que vivimos puede enfrentarse con simple inercia o que el derecho no tiene que ajustarse es negarle su principal función de mantener la paz. Pero en lo concreto es también olvidar que Chávez en vida propuso una enmienda y una reforma y nos pidió antes de irse que nos preparásemos, pues con su ida se abría el tiempo de unidad, lucha, batalla y victoria.

 

(Por Ana Cristina Bracho)

Convocada la Asamblea Nacional Constituyente: un primer análisis

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Escrito por Misión Verdad   http://www.portalalba.org+

El presidente Nicolás Maduro ha generado un punto de inflexión en los eventos de la política venezolana al convocar «el desencadenante histórico» de una nueva Asamblea Nacional Constituyente, dando un giro a la inercia política que se pretende imponer desde sectores del antichavismo no deliberante, no dialogante y abiertamente violento.

En uso de sus facultades presidenciales como Jefe de Estado y en apego a lo señalado en el artículo 348 de la Constitución, el presidente Nicolás Maduro apuntó que convoca al Poder Constituyente originario para iniciar una Asamblea Nacional Constituyente como forma de vencer el golpe de Estado continuado que se ejerce contra Venezuela.

Primeras consideraciones

1. Salida electoral. Al producirse el empleo de la Asamblea Nacional como un factor de choque contra los otros cuatro poderes públicos, inicia una crisis política que la derecha ha encarrilado a la vía violenta y que hoy solicitan sea resuelta con votos. No obstante, ahora el presidente Maduro ha dado el giro en la dirección electoral, en sus palabras, luego de agotar todas las vías para una solución dialogada con la oposición, señalando que ninguno de sus sectores está interesado en dicha vía, la cual abriría la puerta para la realización de nuevos eventos electorales.

2. Dentro de la Constitución. La «medición política» de la Asamblea Nacional Constituyente convocada hoy por Maduro infiere superar la coyuntura que la derecha ha querido imponer, demandando, fuera de la Constitución, la realización de elecciones generales o adelanto de elecciones. Estos mecanismos no existen como soluciones políticas en la Constitución venezolana, pues para efectos de crisis de este tipo la Carta Magna prevé otros instrumentos, algunos de ellos saboteados por la propia oposición como fue el caso del fraudulento intento de convocatoria a revocatorio.

Dado que el juego político se encuentra trancado, frente a la derecha que no delibera, no dialoga y trunca procesos para profundizar la crisis política, Maduro ha salido al paso: «Yo convoco al Poder Constituyente originario para lograr la paz que necesita la República, para derrotar el golpe fascista y para que sea el pueblo, con su soberanía, el que imponga el diálogo nacional verdadero», explicó el Jefe de Estado venezolano.

3. ¿Cambiar de Constitución? Necesario es aclarar que la Constituyente de 1999 en sus atribuciones estaba enmarcada en los rediles de la Constitución de 1961 y su función casi exclusiva era redactar una nueva Constitución. No obstante en la Constitución de 1999 una Asamblea Nacional Constituyente tiene otros atributos adicionales, como ser expresión del poder depositario absoluto que reside en el pueblo y transformar el Estado.

Esto infiere dos cuestiones a saber: por un lado, un acto de ascenso de la Asamblea Constituyente al ejercicio del poder político nacional, pues a esta deben (por vía constitucional, artículo 349) someterse todos los poderes públicos. Por otro lado, posibilitar las agregaciones necesarias en el sistema político nacional para dinamizar la transformación del Estado y superar los escollos institucionales que han devenido y que han evolucionado, desde el choque de poderes hasta el impasse de poderes. Esto supone la instrumentación de la Asamblea Nacional Constituyente como mecanismo político para superar la crisis institucional inducida por el antichavismo. Maduro también indicó que «todo lo que hagamos será fortalecer la Constitución pionera, la sabia, la de 1999». En esencia el fin último no es una nueva Constitución, sino una reforma de la actual conteniendo y superando la coyuntura política. Indicó que su objetivo será lograr la paz, vencer el golpe de Estado y perfeccionar el sistema económico.

4. Ir al origen. Maduro ha convocado a superar la crisis de poderes acudiendo a la fórmula original, o más bien, a la fórmula radical: la de ir a los orígenes, la de ir a la raíz. Y esta es una movida que sorprende e indigna a los adversarios del chavismo, quienes han exigido la realización de elecciones burguesas clientelares como un mecanismo con el cual aspiran ampliar sus cuotas de poder. Maduro ha hecho todo lo contrario. Ha asumido la coyuntura como un espacio para, en lugar de sólo resistir para preservar espacios, ir en busca de nuevos espacios.

Maduro señaló que será «una constituyente ciudadana. No una constituyente de partidos políticos y élites. ¡Será una constituyente ciudadana, obrera, comunal, misionera, campesina! ¡Una constituyente feminista, de la juventud, de los estudiantes! ¡Una constituyente indígena! Pero sobre todo, ¡una constituyente profundamente obrera, decisivamente obrera, profundamente comunal! ¡Convoco a los comuneros, a los misioneros, al barrio, al campo, al pueblo, a la mujer, al hombre, al estudiante! ¡Convoco a la unión cívico-militar! Un golpe de Estado, como el que está activado, sólo se derrota con la unión cívico-militar y con la Constitución en la mano».

5. Bases del proceso. El Jefe de Estado venezolano señaló que, en las próximas horas, hará llegar al Poder Electoral las bases para la elección de los constituyentistas. Pidió ir preparando las y los mejores candidatos «para que tengamos una gran victoria y la Asamblea Nacional Constituyente tenga una mayoría arrasadora del pueblo bolivariano y del pueblo chavista». «Será elegida con voto directo del pueblo, para elegir 500 constituyentistas», agregó.

250 serán elegidos por la base de la clase obrera, las misiones y los movimientos sociales. Los otros 250 constituyentes serán electos de forma territorializada, permitiendo elegir a líderes locales, con voto directo y secreto. Hasta ahora no se han conocido más detalles sobre los sistemas de elección y bases comiciales.

6. Comisión Constituyente. El presidente Maduro ha anunciado una comisión para la activación de la Asamblea Nacional Constituyente, presidida por Elías Jaua Milano, secundado por Isaías Rodríguez. Como jurisconsultas, Cilia Flores y Delcy Rodríguez. Le acompañan los constituyentistas Hermann Escarrá, Aristóbulo Istñuriz, Reinaldo Muñoz, Francisco Ameliach, Nohelí Pocaterra e Iris Varela.

7. Reacción antichavista. Organizaciones dentro de la MUD como Vente Venezuela y Voluntad Popular propusieron en diversas ocasiones la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente con varios fines, entre ellos la reforma de la Constitución nacional para reducir el mandato presidencial y efectuar una «caída y mesa limpia» en los poderes públicos.

No obstante ante la convocatoria del Presidente la postura del antichavismo todo está por verse y ya está claro, a muy pocas horas de los anuncios, que hay sectores abiertamente adversos a esta convocatoria. Esto los colocará en la encrucijada: o acuden a la convocatoria o no, o se dividen e irán algunos mientras otros se abstienen. Sobre la MUD pesa el grave error de no haber asistido a las elecciones parlamentarias nacionales del año 2005. La reedición del adefesio político de no medirse, podría colocar a la derecha venezolana en «fuera de lugar» no sólo en el ámbito político interno, también en el externo. La derecha tendrá que explicar ante el mundo cómo es que «el dictador» Maduro llama a elecciones y diálogo y ellos no acuden.

8. Descolocar al adversario. El ejercicio meridiano y claro de la política desnuda la contraparte antipolítica. Y es esto lo que desencadena estos eventos en Venezuela, de cara al extranjero, que es donde están todas las apuestas de la derecha antichavista. El directorio chavista está asumiento una alternativa política dentro de la Constitución para regenerar el tejido político e institucional de la nación en un contexto de alto octanaje y turbulencia. Tal apuesta consiste también en deslegitimar la postura del adversario de cara al extranjero, donde se ha posicionado la existencia de Venezuela como un «Estado forajido». Podríamos inferir también que la postura del chavismo en retirarse de la OEA y convocar a un proceso electoral intenta quebrar matrices y posturas en el extranjero: la política venezolana no se tutela desde afuera y las grandes definiciones pasan por la medición política interna, mientras sean en circunstancias legales y dentro de la Constitución.

Fuente: Misión Verdad